La Luz Superior circundante llena la realidad entera y todo depende de aquellos que la reciben. Nada nunca cambia; El Creador creó un punto de deseo en Su Luz, y no hay nada más. Toda la evolución ocurre en este punto el cual se expande como si estuviera cambiando de tamaño porque siente que está recibiendo algo de alguien. Es por eso que el deseo es ese punto que crece en la percepción del receptor. El deseo no crece por sí mismo sino a través de la sensación de que hay un Otorgante. En el primer estado de desarrollo (Bejina Alef), la criatura se siente como un receptor. En el instante que ella siente al Otorgante, comienza a cambiar. En la segunda fase (Bejina Bet), ella desea ser similar al Otorgante y comienza a pensar en cómo lograrlo. Esto implementa el fundamento del comienzo de Zeir Anpin, el tercer estado (Bejina Gimel), donde una copia del Creador se crea a través de la recepción con el fin de otorgar. Entonces, después de haber adquirido la sensación de lo que significa ser similar al Creador, la criatura hace la transición hacia el cuarto estado (Bejina Dalet) y desea alcanzar el estado de Otorgante. Es entonces cuando la criatura siente vergüenza, y da lugar a la Primera Restricción (Tzimtzum Alef). Por lo tanto, con la excepción de la creación inicial como “existencia desde la ausencia”, todo el desarrollo posterior es inducido a través de la sensación del Otorgante.
En la Luz Superior no hay cambios. Los sabios inclusive nos informaron que en El Mundo Del Infinito (Ein Sof) habrá la menor de todas las Luces, Nefesh De-Nefesh. En la espiritualidad, los cálculos no se hacen según en peso y volumen sino que la calidad es lo que interesa. Los físicos nos dicen que desde un punto minúsculo nació el Universo. ¿Cómo? Ellos no saben porque en verdad, todo se mide de acuerdo a un criterio totalmente diferente que aun no hemos obtenido, el criterio de la importancia. Nosotros pensamos que la importancia carece de sustancia y que no es lo suficientemente real, pero en verdad, es lo más efectivo y significante. Así es que, el tamaño del Kli está determinado por la consciencia de la importancia del Otorgante. En otras palabras, La Luz depende de en cual nivel yo expando la vasija. La Luz es solo una chispa, la vasija es del tamaño de un grano y yo puedo incrementarlo al “tamaño” del Infinito. Esto depende totalmente de mí.
En la Luz Superior no hay cambios. Los sabios inclusive nos informaron que en El Mundo Del Infinito (Ein Sof) habrá la menor de todas las Luces, Nefesh De-Nefesh. En la espiritualidad, los cálculos no se hacen según en peso y volumen sino que la calidad es lo que interesa. Los físicos nos dicen que desde un punto minúsculo nació el Universo. ¿Cómo? Ellos no saben porque en verdad, todo se mide de acuerdo a un criterio totalmente diferente que aun no hemos obtenido, el criterio de la importancia. Nosotros pensamos que la importancia carece de sustancia y que no es lo suficientemente real, pero en verdad, es lo más efectivo y significante. Así es que, el tamaño del Kli está determinado por la consciencia de la importancia del Otorgante. En otras palabras, La Luz depende de en cual nivel yo expando la vasija. La Luz es solo una chispa, la vasija es del tamaño de un grano y yo puedo incrementarlo al “tamaño” del Infinito. Esto depende totalmente de mí.
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