El acto de anulación caracteriza el camino completo de la evolución espiritual. En cada etapa, la criatura cancela su deseo creado como existencia desde la ausencia y la utiliza para volverse equivalente al Creador. En principio, se anula a sí mismo en un punto con el fin de obtener una enorme necesidad. ¿Para qué? Es para tener un Kli (vasija) adecuada para el Creador. En la segunda etapa, cancela esta necesidad y se eleva por encima de ella.
Renunciar al deseo significa cruzar el Majsom (la barrera que nos separa de la espiritualidad). Al ascender, la criatura se libera del deseo y en consecuencia, hace las transiciones a la siguiente etapa. Allí, el ser creado renueva el deseo y además empieza a recibir placer en él, no para la auto-complacencia, sino para deleitar al Creador que lo ama, lo que demuestra su amor a Él. En otras palabras, durante todo su ascenso por los peldaños de la escalera que lo conducen a Gmar Tikun (el final de la corrección), la criatura renuncia a sí mismo. Resulta que la auto-anulación es un medio, acto y resultado, todo al mismo tiempo. Con su ayudamos a avanzar en la escala de valores hasta que alcanzamos el valor último cuando la auto-anulación llega a un grado tan alto que resulta haciéndose equivalente al Creador. Paradójicamente, es a través del acto de renuncia, cuando anulo mi punto de existencia la ausencia, que alcanzo el estado del Creador. Utilizándolo como un fundamento, yo crezco constantemente, afectado por el impacto de la Luz en él. En nuestra vida corporal, no sentimos al Creador, ni percibimos fuerzas espirituales o entendemos el propósito de la creación. ¿Ante quién, entonces, podemos anularnos nosotros mismos? Me anulo ante el grupo, es decir, el maestro, textos cabalísticos y la gente que aspira a los mismos fines que yo. Me cancelo en relación con ellos, no en relación con los deseos de este mundo que no están conectados con el desarrollo espiritual. Yo me disuelvo en el grupo como si yo no existiera. Sigo sólo la segunda parte (Ain, ausencia) de mi punto de “existencia de la ausencia” (Yesh mi Ain) y copio sus pensamientos y sentimientos, sin tener en cuenta los míos. Al hacer esto, entro en el sistema espiritual y comienzo a recibir las Luces de Circundantes que me promueven en el mundo espiritual.
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