Es la idolatría a pensar que el Creador puede cambiar. Está escrito: "Yo no cambio mi HaVaYaH". El Creador construyó un sistema estricto de leyes, “la Luz Superior permanece en absoluto reposo”. El deseo también está hecho como es, sólo se desarrolló por la Luz y mantiene la sensibilidad (descubrimiento) por sí mismo, comparándose con la Luz. La luz afecta el deseo, entra en ella y pasa a través de todas sus fases: 0-1-2-3. Y cuando llega al nivel 4 (Bejiná Dalet), sólo allí surge el libre albedrío en nosotros. Pero yace únicamente en nuestra habilidad de cambiar nuestra actitud. Sin embargo, al cambiar nuestra actitud, cambiamos nuestra percepción.
Si deseas entender al Creador y ser como Él, empieza a sentir Su bondad. Baal HaSulam escribe en su “Introducción al Estudio de las Diez Sefirot” que nuestro único problema es que no comprendemos Su Providencia. Estamos en contra de la Naturaleza (el Creador), así que ¿a quién podemos hacer los reclamos? Durante toda nuestra historia, estuvimos desarrollándonos por etapas de 0-1-2-3, como los niveles inanimado, vegetativo y animado de la naturaleza. Fuimos forzados a evolucionar inconscientemente, conducidos ya sea por la presión del dolor o la atracción del placer. Pero cuando llegamos al 4º nivel, debemos familiarizarnos con este proceso y aprender de él sobre el “Hacedor” de todas las acciones. En otras palabras, necesitamos aprender acerca de Su trabajo, entender lo que Él hace y transformarnos a nosotros mismos para otorgar, es decir, llegar a ser como Él. Entonces, “por Sus acciones Lo conoceremos”. Cuando llegamos a conocerlo a Él, comenzamos a justificarlo a Él y a ser semejantes a Él, lo que significa que ascendemos a Su nivel. Y todo esto está basado en la intención. No es sólo una actitud, gracias a la intención empezamos a conocer al Creador y a sentir Sus acciones dentro de nosotros, en su forma auténtica. Cuando me elevo por encima de mi egoísmo, hago una restricción, la pantalla y la Luz Reflejada, ¡me vuelvo equivalente a la Luz! Por el contrario, empiezo a comprender Su verdadera actitud hacia mí. En la Luz que me viste, yo experimento “sabores” (Ta’amim) o la actitud del Creador hacia mí: lo que Él espera de mí y lo que Él siente por mí. Puedo llegar a conocer la Fuente de donde viene todo a mí y lo que me unirá a él. Empiezo a vivir vive no por mis propios deseos, sino por el Suyo.
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