Si el Creador quiere llevarnos a la semejanza con Él, entonces, ¿cómo puede El despertar en nosotros el sentimiento de Su grandeza, el valor de la propiedad de otorgamiento, para que deseemos cambiar nuestro estado de existencia por el Suyo? Él no tiene muchas opciones, somos obligados a ascender en pequeños pasos a la vez siempre haciendo intentos para elegir un grado más elevado por encima de nuestro presente estado.
Debido a esto, ¡el Creador no puede revelarnos su amor! De hecho, si el amor fuera revelado, inmediatamente arruinaría toda la escalera de grados espirituales y todo lo que los diferencia.
Un niño es la cabeza de una familia y demanda constantemente de los padres, asumiendo que viven para él. Él está aprovechándose de su amor.
Si, sin embargo, él está en casa ajena, actúa totalmente diferente: no hará demandas como lo haría en casa, estará tímido y asustado.
Pero en casa, no tiene vergüenza ni miedo.
Por lo tanto, si el Creador nos revela su amor, nosotros, como niños malcriados, nunca seríamos capaces de apreciar su grandeza y ascender a Él.
En este mundo, somos impulsados por el instinto natural que nos empuja a crecer y evolucionar. Pero en el mundo espiritual, este instinto no existe.
Tenemos que desarrollar ese deseo por nuestra cuenta.
Por otra parte, si el Creador se revelara a sí mismo como un Ser amoroso, nosotros haríamos caso omiso de él en todo.
Por lo tanto, Él se debe ocultar con el fin de darnos una oportunidad de evolucionar y apreciar Su magnificencia en la oscuridad. En la Luz, no seríamos capaces de hacerlo.
Esto es precisamente de lo que las fuerzas impuras (Klipót) se quejan: Ellas querrían descubrir al Creador antes de recibir la pantalla.
En tal caso, nosotros no tendríamos ninguna posibilidad de llegar a otorgar a todos.
Debido a esto, ¡el Creador no puede revelarnos su amor! De hecho, si el amor fuera revelado, inmediatamente arruinaría toda la escalera de grados espirituales y todo lo que los diferencia.
Un niño es la cabeza de una familia y demanda constantemente de los padres, asumiendo que viven para él. Él está aprovechándose de su amor.
Si, sin embargo, él está en casa ajena, actúa totalmente diferente: no hará demandas como lo haría en casa, estará tímido y asustado.
Pero en casa, no tiene vergüenza ni miedo.
Por lo tanto, si el Creador nos revela su amor, nosotros, como niños malcriados, nunca seríamos capaces de apreciar su grandeza y ascender a Él.
En este mundo, somos impulsados por el instinto natural que nos empuja a crecer y evolucionar. Pero en el mundo espiritual, este instinto no existe.
Tenemos que desarrollar ese deseo por nuestra cuenta.
Por otra parte, si el Creador se revelara a sí mismo como un Ser amoroso, nosotros haríamos caso omiso de él en todo.
Por lo tanto, Él se debe ocultar con el fin de darnos una oportunidad de evolucionar y apreciar Su magnificencia en la oscuridad. En la Luz, no seríamos capaces de hacerlo.
Esto es precisamente de lo que las fuerzas impuras (Klipót) se quejan: Ellas querrían descubrir al Creador antes de recibir la pantalla.
En tal caso, nosotros no tendríamos ninguna posibilidad de llegar a otorgar a todos.
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