Rabash, Dargot HaSulam (Los peldaños de la Escalera) 924 “Y el Señor habló a Moisés”: En realidad nosotros no podemos recibir nada de Arriba, de la naturaleza, antes que la persona tome la decisión de que esta no puede estar en la naturaleza. Sólo después que ella se desespera de la naturaleza, puede pedir la ayuda del Cielo, entonces será favorecida por encima de la naturaleza. Nosotros deberíamos tratar de conectarnos y ejecutar acciones de otorgamiento entre nosotros con el fin de evocar la Luz que Reforma. Cuando la Luz nos influya sentiremos que cada vez somos menos dignos de la conexión. Se nos dice: “Ve al Faraón porque Yo le he endurecido su corazón”. Al querer parecernos al Creador, nosotros nos acercamos más a Él y al mismo tiempo sentimos que estamos alejándonos de Él. Aquí se requiere que la persona haga un trabajo especial: Ella no puede escapar de la batalla, sino que entiende que este endurecimiento del corazón le ayudará a revelar la necesidad del poder del otorgamiento, sin importar qué, sin ninguna condición previa. Eventualmente la persona está lista para todo, sin importa qué, independientemente de las condiciones, del grupo, del mundo. De un modo u otro lo principal es adquirir el poder del otorgamiento, el poder de la conexión.
-¿Para qué? ¿Qué ganarás con esto?
-Nada, excepto el poder del otorgamiento en sí mismo.
Ya no es suficiente hablar acerca de esto. Nosotros deberíamos tratar de alcanzar esta actitud hacia los demás, trabajando en el grupo y en la diseminación. Esto no tiene que expresarse externamente, pero si la persona trata de alcanzar a otras, entonces ella realmente encuentra al rey de Egipto y ve que su ego no la dejará hacer nada. Entonces la persona atraviesa las “Diez plagas de Egipto” y ve como bajo la influencia de una fuerza especial de Arriba, su ego gradualmente se rinde. Cada vez que el “Faraón” levanta su cabeza e insiste, ella recibe otro golpe. Esto desprende a la persona del ego y le permite escapar finalmente de él. ¿Escapar hacia dónde? La persona escapa del Faraón, lo cual significa del poder que la separa a ella de los demás. En primer lugar es sólo una vía de escape, al elevarse por encima de él y luego la persona comienza a trabajar de manera práctica en la conexión. En Egipto, en el deseo de recibir, ella no podía hacer eso. Así es cómo nosotros alcanzamos “La Recepción de la Torá” lo cual significa la garantía mutua y comienza el período de “los cuarenta años en el desierto”.
-¿Para qué? ¿Qué ganarás con esto?
-Nada, excepto el poder del otorgamiento en sí mismo.
Ya no es suficiente hablar acerca de esto. Nosotros deberíamos tratar de alcanzar esta actitud hacia los demás, trabajando en el grupo y en la diseminación. Esto no tiene que expresarse externamente, pero si la persona trata de alcanzar a otras, entonces ella realmente encuentra al rey de Egipto y ve que su ego no la dejará hacer nada. Entonces la persona atraviesa las “Diez plagas de Egipto” y ve como bajo la influencia de una fuerza especial de Arriba, su ego gradualmente se rinde. Cada vez que el “Faraón” levanta su cabeza e insiste, ella recibe otro golpe. Esto desprende a la persona del ego y le permite escapar finalmente de él. ¿Escapar hacia dónde? La persona escapa del Faraón, lo cual significa del poder que la separa a ella de los demás. En primer lugar es sólo una vía de escape, al elevarse por encima de él y luego la persona comienza a trabajar de manera práctica en la conexión. En Egipto, en el deseo de recibir, ella no podía hacer eso. Así es cómo nosotros alcanzamos “La Recepción de la Torá” lo cual significa la garantía mutua y comienza el período de “los cuarenta años en el desierto”.
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