Todo es alcanzado por comparación. Al comparar los atributos del Creador con los nuestros, nos damos cuenta de Su poder y de nuestra bajeza. Uno necesita estar de ese modo al tanto de Su magnificencia y Su omnipotencia. La fe significa sentir al Creador y Su Presencia. Todas las almas pasan a través de los siguientes estados:
1. La fase que precede su descenso a nuestro mundo.
2. La fase durante la cual son dotadas con cierta deficiencia llamada egoísmo. Esto es lo que las almas perciben como la encarnación física.
3. La fase durante la cual las almas se perciben a sí mismas y al universo espiritual completo después de la consumación final. La fase que precede al descenso inicial del alma es llamada Olam Ein Sof, "el Mundo Sin Fin", donde las almas reciben sin límite la Luz del Creador.
Después, el alma es envestida con egoísmo y desciende al Olam Ha Ze, "este mundo", en el cual su unión al mundo espiritual es remota. Allí, el alma no siente más al Creador y no percibe más su condición previa. "Este mundo" se refiere a la percepción del momento presente, o sea, la parte de la creación del Creador que percibimos por medio de nuestros órganos sensoriales. El egoísmo es colocado dentro de los sentidos. El siguiente nivel es alcanzado al poner bajo control los órganos sensoriales y al ser un nivel alto, lleva a una percepción de la creación más amplia. Este nivel es sentido antes del proceso de alcanzar "el mundo por venir", el mundo que percibiremos súper-sensorialmente, que es lo opuesto al "real" en el que vivimos. Cuando percibimos nuestro medio ambiente y a nosotros mismos, percibimos "este mundo". No obstante, es en el presente que empezamos a contemplar el futuro y la sensación inducida al proyectarnos al futuro, es llamada "el mundo por venir". El proceso se repite a sí mismo "el siguiente día" cuando el "mundo por venir" se convierte en "este mundo" y así sucesivamente. Un examen atento a las escrituras de Baal HaSulam, puede ayudarnos a entender el proceso por el que atravesamos a cada momento. Por ejemplo, en lo que concierne al comportamiento espiritual del hombre, el ascenso solo puede seguir "la línea central" (el comportamiento no polarizado en uno de sus extremos.) La progresión a lo largo de esta línea central, establece la condición en la cual las Escrituras (Tora) -Creador-Israel emergen en una sola cosa.
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