Si
la persona incluye dos raíces, es decir su ego que hasta ahora ha sido
simplemente un ego corporal y ahora se convierte en una verdadera
inclinación malvada y una chispa espiritual; esto es ya una preparación para las dos líneas. Sin esto, ella no tiene siquiera una línea, ya que una línea indica que hay otra línea, otra dirección. Sin ello, es simplemente un deseo de recibir que pertenece al nivel animal, mientras que el nivel del ser humano comienza
cuando las dos líneas empiezan a crecer en la persona, como se nos
dice: “Dios los ha creado uno en contraste con el otro”. Entonces
aparece la tercera línea, la cual decide entre las dos primeras líneas;
una Luz viene de Arriba y enlaza las líneas izquierda y derecha de
acuerdo al trabajo de la persona, y construye la forma de un humano. Entonces
un humano es creado cuando esos dos elementos aparecen en él: un deseo
de recibir y en contraste con este, la chispa espiritual. Su deseo de
recibir no es sólo un deseo corporal para esta vida que busca formas de
usar a otros y tener una ganancia mayor. Este ya da a luz las preguntas
que la persona tiene de acuerdo a la chispa que ilumina sobre ella y le
exige preguntar: “¿Cuál es el significado de mi vida y qué debo hacer
con esta?” Esto significa que su deseo ya está dirigido a quejarse con
el Creador en la línea izquierda. Cuando la persona comienza a desarrollar esas dos líneas, llega a un grupo.
Al principio no entiende para qué lo necesita. Ella comienza a
estudiar, y mientras tanto no sabe por qué. Pero después se desarrollan
en ella las dos líneas. Ella
comienza a pasar por diferentes estados por primera vez: ascensos y
descensos. La primera etapa de preparación termina cuando entiende que
la importancia de la meta tiene que estar por encima de cualquier estado privado que ella sienta.
Puede
estar en un estado tan crítico que su vida esté en peligro, pero aun así
tiene que estar por encima de este estado, como se nos dice: “Incluso
si una espada afilada es colocada en su cuello, no debe perder la
esperanza en la misericordia”. Esto significa que aun así tú tienes que
estar por encima de esa sensación. Es lo
mismo en el estado opuesto: sin importar qué estado de grandeza pueda
ella sentir, lo cual hace que reconozca la grandeza de la meta, ya sea
un estado de éxtasis, amor por los amigos, euforia, aun así ella debe
entender que todo sucede a causa de que se le da una iluminación desde
Arriba y es como un niño pequeño bajo el completo dominio de la fuerza
superior.
No hay
necesidad de que anules o suprimas esos estados dentro de ti, como las
personas que algunas veces reprimen su alegría para parecer más serias.
Aquí la persona debe tratar de intensificar y hacer más profundos esos
estados tanto como pueda, tanto el temor como la gratitud, tanto su ego
como su adhesión al otorgamiento. Pero ella misma debe querer estar por
encima de esas sensaciones, con el fin de examinarlas y controlarlas.
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