Esto significa que hasta que no me eleve por encima de egoísmo,
yo no veo a los demás, solo me veo a mí mismo. Pero cuando me elevo por
encima de mí mismo, yo de repente comienzo a apreciar a otra persona de
la forma en que ella se aprecia a sí misma. En otras palabras, veo que
estas acciones son buenas y adecuadas. Yo estaba equivocado al valorarla
de la forma en que lo hice desde mi punto de vista egoísta anterior.
Comentario: Entonces tenemos no solo el colapso del “yo” subjetivo, sino el derrumbe de todas las éticas.
DR: Laitman No existen las éticas en nuestro egoísmo, nada además de tratar de
tomar tanto como sea posible y empujarlos a todos tanto como sea
posible. Estoy hablando de nuestra naturaleza. Cuando miramos a otra persona, nosotros
tratamos de encontrar defectos en ella, sentimos que está por debajo de
nosotros y que somos mejores que ella. Esta es una respuesta natural
defensiva de nuestro egoísmo. Esta es la forma en que consideramos al
mundo entero. Yo veo a mis hijos y al hijo de alguien más. Mi hijo, al menos en mi opinión, siempre es mejor de alguna manera. Yo siempre me pongo a mí mismo en una
posición beneficiosa; de lo contrario, no hay razón para que yo exista.
La reacción defensiva del egoísmo está dirigida a proveerme con el
respaldo de que yo tengo el derecho de existir y existo. Pero cuando me elevo por encima de mí, veo a los demás a través de unos ojos completamente diferentes.
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