Por lo tanto esa cantidad de deseo de recibir que está implantado en el
cuerpo desde su nacimiento en el aire del mundo no es suficiente. En
cambio, está aún más obligado a ser un vehículo para las Klipot impuras no menos de trece años. Se concluye que incluso si yo poseo un
gran deseo de recibir, aun así esto no es suficiente. Desde el comienzo
el Creador nos dice, “Ven al Faraón,
porque he endurecido su corazón”. Él te inundará con golpes, para que
quieras huir de este. Es imposible sacarme yo mismo de la inclinación
malvada hasta que éste haya alcanzado un nivel donde ya no pueda
soportarla. Pero primero es necesario tomar consciencia completamente de
este mal. En nuestro mundo, nosotros educamos a
los niños para que sean cuidadosos, “No vayas ahí, no hagas esto” Pero
en el mundo espiritual, no hay nada como esto. Existe lo opuesto; me
envían con “criminales”, “ladrones”, “alcohólicos” y “drogadictos”, en
los brazos de Hamán, Balaam, Balak, Esaú, etc. De otra manera, ¿cómo
puedo corregir esas características? En realidad, esas son partes no
corregidas de mi alma. Por lo tanto, debo apropiármelas, sentirlas como
mías, reconocer el mal oculto en ellas, y ser liberado por ello,
elevarme por encima de ellas.
Pregunta: ¿Se concluye que para avanzar en la espiritualidad yo debo ser malvado?
Respuesta: ¿Cómo
debo responderte? Si. Es posible corregir sólo lo que está en tu
interior. Y a pesar de todo eso, esto no me dice que yo deba volverme
malvado. Es una cosa, sí como un terrorista, quiero matar a alguien. Es
otra cosa, si quiero amar y al mismo tiempo descubro dentro de mí una
disposición de matar. Esos son dos enfoques absolutamente diferentes. Y
la diferencia aquí es que yo descubro la maldad en oposición a esto, veo
que dentro de mí yo soy malvado, pero no mato a alguien que me parece
malvado.“13 años” entre las Klipot impuras no es
un tiempo acorde al calendario, en su lugar este es un nivel y el
estado es muy elevado. Yo aspiro a amar, a otorgar, entonces descubro mi
inclinación malvada. Esta es la condición; de otra manera yo no
avanzaría en absoluto en mi camino espiritual hacia la corrección, hacia
el Creador. Quiero estar cerca de Él, abrazarlo a
Él, besarlo, darle placer a Él de acuerdo al principio: “no le hagas a
tu amigo lo que a ti te resulta odioso” y amar al otro como a ti mismo.
Y de la misma manera, durante 13 años, yo descubro dentro de mí lo
opuesto al otorgamiento. En otras palabras, descubro dentro de mí
características, deseos e inclinaciones, las cuales ni siquiera sabía
que existían, porque son espirituales y vienen de los cuatro mundos
impuros de ABYA. Ellos habitan por encima de la comprensión “bestial” de
nuestro mundo y por lo tanto, este es ya un ascenso. Aquí actúa el principio: “Uno en contra
de otro”. Al aspirar al bien, yo descubro la maldad, una y otra vez ¡Y
así sigue por algún tiempo!. Si yo no mantengo la posición y me
detengo, todo desaparece. Y si no quiero detenerme, entonces acudo a un
grupo, a los estudios, al Creador, apelando a todos los medios para que
me ayuden a aferrarme al camino, a inclinarse favorablemente. Y sólo entonces descubro dentro de mí
las cosas “maliciosas” y “erróneas”, defectos que parecían no existir
antes. Yo nunca sentí que eran los 613 deseos
rotos y ahora están expuestos. Si no hubiera avanzado, yo habría
permanecido en un nivel que en un sentido espiritual no es bueno ni
malo. Por el contrario, si la persona avanza correctamente, se vuelve
peor.
Pero trabaja en sí misma; entiende lo
que está sucediendo con ella; se encuentra en una lucha interna; ayuda a
otros, y ellos la ayudan. Es como si “aplastara” su ego con pesadas
rocas, lo masticara y lo moliera, para que sea posible “tragarlo”, para
“digerirlo”. Durante esos tiempos difíciles debemos ayudarnos y
apoyarnos unos a otros. Imaginen una exposición de automóviles,
donde ustedes ven que los carros nuevos brillan y resplandecen, todos
brillantes, limpios, hermosos, un verdadero placer. Y ahora observen un
taller de reparación: el mal olor, la basura, el desorden. Todo depende
de qué te venden y en dónde te lo venden. Entonces en este estado, ustedes hacen
la mayor parte del “trabajo sucio”. Para corregir el Humano en mí: ¿Qué
puede ser peor? Y por otra parte, ¿qué puede ser más sublime?
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