No podemos imaginar cómo sería el mundo si nos hubiéramos desarrollado según el camino espiritual en vez del camino egoísta de avance científico y tecnológico.
Todo lo que estamos tratando de hacer a través de la ciencia
y la alta tecnología no es más que una compensación patética de las
cosas que nos gustaría ser capaces de lograr en nuestras vasijas
espirituales. Esto es como romperse una pierna y en
vez de tratarla, curarla, me hago unas muletas. Es lo mismo cuando se
trata de las manos y todas las demás partes del cuerpo. Al final, en vez de tener un cuerpo
sano y normal, que podría haber corregido y disfrutado, me siento
agobiado por mil prótesis por todas partes, y me siento orgulloso de
ello: ¡Mira las piernas de madera que puedo hacer!. A esto se parece toda nuestra ciencia y sus logros. Nosotros seguimos evolucionándola hacia
su altura egoísta, corporal, porque no queremos ascender y hacer la
corrección apropiada. Tan pronto como hagamos la transición hacia la corrección interna adecuada, dejamos de sentir que tenemos todos estos logros de la ciencia moderna. Para qué necesitamos el Internet para
comunicarnos si podríamos transferirnos información y sensaciones
directamente de corazón a corazón, de un cerebro a otro, de la misma
forma que a través de una tubería sin límite de ancho. ¡Nosotros simplemente no queremos conectarnos como un hombre con un corazón! De lo contrario, no necesitaríamos todos estos cables para enviarnos mensajes para comunicarnos.
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