Tomarlo todo a través del grupo no significa que debes contarles todo,
aun cuando, por supuesto, este principio se cumple parcialmente de esta
manera. Sin embargo, lo más importante es sentir que estás uniéndote con
los amigos. Este es un movimiento interno. Ustedes
los escuchan, hablan con ellos, y se sientan con ellos, tratan de
“entrar en ellos” todo el tiempo, de estar con ellos como un todo, hasta
el punto en que empiezan a sentir cómo comienzan a entrar al mundo
superior a través de ellos. Una sensación del grupo comienza con una
simple sensación física de la presencia de los amigos. La siguiente
etapa es una especie de sensación de comunidad. Después, tal vez, surge una sensación de dependencia. Después viene una sensación de conexión y amor.
Así, gradualmente, dentro de esto, una
nueva entidad, la cual somos nosotros, comienza a mostrarse y dentro
de este “nosotros”, comienza a sentirse el Creador. Sin embargo, este “nosotros” no se relaciona con ninguno. No es la suma de nosotros, sino todo el colectivo. Similarmente, una gran gota de agua no
es la suma de todas las gotas previas a partir de las cuales fue
formada, porque por sí misma es una gota. Si, por ejemplo, veinte gotas
se fusionan en una sola, entonces no hay divisiones en ella. No es la
suma de las gotas previas, sino un todo en común que las incluye a todas
ellas. Nosotros tenemos que llegar a esto. Tan pronto como nos reunamos en la
primera gota en la cual no hay divisiones, el Creador se manifestará en
ella de inmediato. Si estamos de alguna manera divididos en ella, no
podemos fusionarnos en una sola gota; esto significa que existen
remanentes de nuestra ruptura, entonces el Creador no puede revelarse.
Así es como funciona.
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