Por supuesto; esto es muy interesante. Pero al mismo tiempo, siempre
hay que dejar una especie de delta (cambio creciente) mientras estemos
lejos de ser el ideal; más bien, sólo concordamos con respecto a una
relación ideal entre nosotros; queremos llegar a ella, de tal forma que
nos sentimos un poco atraídos hacia ella. Este estándar es, de hecho,
inalcanzable, porque todos somos humanos y cada uno tiene su propio ego.
Pero tenemos que anhelar a elevarnos por encima de nosotros mismos
tanto como sea posible, a conectarnos entre sí, a valorar este estado y a
considerarlo como el ideal. Tal estado debe convertirse en un
estándar general familiar compartido. Si jugamos con esto correctamente
con los niños, ellos serán mucho más felices que nosotros porque
nosotros llegamos a esto en la segunda mitad de nuestras vidas.
Pregunta:
Hay otro juego similar llamado, la “alegría de la concesión”. De hecho,
es difícil para nosotros concedernos algo unos a otros pero esto es
fácil en la forma de un juego. Supongamos que una hija dice, “Regresaré
de la fiesta a las 11 en punto”. El padre dice: “A las 10″. “Bueno papá,
juguemos alegría de Concesión. ¡Perdiste! A las 11″. Y, él se lo
concede. ¿Es útil un juego como este?
Dr: Laitman
Sólo si es mutuo y hasta cierto grado de razonabilidad. En primer
lugar, el niño no tiene que manipular con él. En segundo lugar, debe
entenderse que con esto se está entrando en confianza de los demás, está
invitándolos a confiar en él, debe tomar en cuenta todo esto. En otras palabras, los padres le dan su
confianza, pero junto con esto, consecuentemente debe llevar a cabo lo
que se requiere de él. Supongamos que dejan que su hija vuelva a casa a
las once de la noche, pero esto es a condición de que alguien la
acompañe o vaya a recogerla. Ellos deben exigir que ella sea responsable
de lo que hace.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.