Ser esclavo de Faraón significa aclarar con certeza, con mi mente y
corazón, que no estoy listo para hacer nada excepto lo que el ego, el
deseo por placer, me dicta hacer ahora. Es así como descubro a Faraón,
el poder que me controla ahora mismo. Sin embargo, ¿Cómo puedo saber que este
es Faraón? Es bajo la condición de que el Creador me invita a ir con Él,
cuando dice: “Ven a Faraón”. Esto significa que se revela el segundo
poder, el Creador, el poder de otorgamiento en contraste con el poder de
recepción. Entonces puedo aclarar en relación a cada una de las fuerzas, decidir cuándo estoy bajo el control del Creador y cuándo bajo el
control de Faraón. Finalmente, “los hijos de Israel suspiraron por el
trabajo”, nosotros no estamos dispuestos a permanecer en la esclavitud
de Faraón ni por un momento más. El 99% del tiempo de toda mi vida, estoy
bajo el control de Faraón y no estoy listo para liberarme de este
control. Mientras más avanzo, este porcentaje crece hasta el 100%.
Primero no pensaba que yo perteneciera al Faraón al 100%; pensaba que
caía raramente en el ego, como todas las personas. Luego me sentí en el exilio egipcio y no
sentí esto al principio. En los primeros siete años de abundancia,
también estaba bajo el control de Faraón, cumplía todas sus órdenes,
pero estaba de acuerdo con ellas y por lo tanto todo era maravilloso. Yo
mismo no me sentía en Egipto, en esclavitud. Tenía conocimiento,
control (José controlaba todo Egipto), fui llenado con abundancia. Sin embargo, después se hizo claro que
todo esto no era bueno. En realidad no cambió nada, excepto mi
apreciación. Lo que me parecía algo bueno, espiritual, que causaba
avance, ahora me parece totalmente lo contrario. Veo que todo eso era
egoísta, no era espiritual sino absolutamente materialista y que no hay
avance en eso, más bien su opuesto. Por lo tanto a esto se le llama los
“siete años de escasez”. Ningún cambio tomo lugar excepto en
nuestra percepción. Todo lo determina la actitud de la persona, pero por
fuera no cambia nada.
Pregunta: ¿Si estoy completamente bajo el control de Faraón, cómo puedo construir dentro de mí una petición por la redención?
Dr: Laitman
Cuando descubro que este es Faraón, entonces se crea la oportunidad
para pedir. Si empiezo a entender que tengo algún negocio con Faraón,
esto significa que en oposición a él ya existe la segunda fuerza, el
poder del Creador. De lo contrario, no habría discernido que Faraón está
frente a mí; más bien, habría vivido una vida buena, normal, avanzando
en el estudio, en la diseminación, en el grupo. ¿Por qué de pronto esto es malo para mí?
Es porque yo determino que esta vida es mala. ¿Qué me hace falta
aparentemente? Ayer todavía estaba todo bien. Correcto, sólo que hoy ya
no está todo bien debido a que tengo nuevas peticiones y no estoy de
acuerdo con una vida como esta. Aquí empiezan los siete años de escasez.
Pregunta: ¿Cuál es la diferencia entre mi petición de elevarme por encima de Faraón y el estado en el que me encuentro por debajo de él?
Dr: Laitman
Uno de los criterios es: ¿Quién gana: el poder de la recepción o el
poder del otorgamiento? ¿De dónde consigo la recompensa que merezco a
cambio de mis esfuerzos? Nadie trabaja por nada y yo también quiero un
beneficio. Mi beneficio puede ser en las vasijas de recepción
o en las vasijas de otorgamiento: Ya sea que yo sienta que el beneficio
me pertenece o que le pertenece a alguien más. Y este alguien podría
estar cerca o lejos de mí, e incluso puede ser un odiado enemigo. Esto
depende del grado de corrección de mis deseos de otorgamiento.
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