Ahora esta fuerza interna se pierde y la persona
no sabe qué hacer. Esto está bien ilustrado en la generación más joven
que no tiene necesidad de grandes logros; no está realmente ocupada o
interesada en algo, simplemente prefiere pasar el tiempo y andar por
ahí. Para la juventud ya no existe ese poder
que una vez nos llevó a construir, a hacer grandes cosas. La juventud
carece de interés, vigor y todo esto es resultado de factores
internos. La fuerza superior no funciona dentro de la persona, no la
despierta, más bien sólo organiza las condiciones del entorno externo. De esta manera, es como si la naturaleza
nos dijera que depende de nosotros el entender en qué tipo de mundo
estamos viviendo. Debemos pensar en qué dirección queremos ir y qué
áreas queremos desarrollar ¿Cómo obtenemos la fuerza, la inteligencia
para desarrollarnos y cómo realizar esto?. Previamente, esto sucedía por sí mismo
en la mente y en el corazón de la persona, junto con la supervisión de
la fuerza superior que lo forzaba a actuar de forma instintiva. A causa
de esto, vimos cómo desarrollarnos, cómo construir nuestras vidas, como
aprender, trabajar y qué transmitirles a nuestros hijos. Pero hoy esto
no se hace de forma automática, sino que nos lo dan como un acto de
gracia, como resultado, comenzamos a sentir y a entender que
anteriormente la fuerza de la naturaleza nos desarrolló y nosotros
mismos supimos hacía donde dirigirnos. Este deseo despertaba en nosotros
por sí mismo. Pero ahora no ha sido despertado,
comenzamos a entender que en realidad han llegado nuevos tiempos y no
entendemos que quieren de nosotros, porque no queremos nada. Esto
significa que dentro de nosotros no se ha despertado ningún deseo
¿Entonces qué podemos hacer?. Las condiciones del entorno se vuelven
cada vez más difíciles. Muy pronto veremos que no habrá nada qué comer o
beber, que será cada vez difícil construir condiciones de vida
aceptables. Las condiciones ambientales se volverán cada vez peores con
el fin de obligar a la persona a elegir una meta y un método de
desarrollo interno. La persona aparentemente se ha vuelto el
amo de su vida y de su destino, pero cómo sabe ella cómo manejarla
cuando todo, las naciones, las sociedades, las personas están
conectados entre sí. Esto nos lleva a adquirir un método para
manejar nuestras vidas. En todas las generaciones previas, la persona
era sabia porque una fuerza, un deseo, y las diferentes aspiraciones se
despertaban en ella. Aun cuando tenía confusión, dudaba de qué tipo de
sociedad, qué tipo de desarrollo elegir, instintivamente lo resolvía y
sabía cómo construir su vida.
En nuestro tiempo, en este nuevo estado,
depende de nosotros el alcanzar todo desde arriba, gracias a nuestros
esfuerzos. Pero no tenemos un concepto de cómo obtener la parte interna
requerida desde arriba para nuestro desarrollo: la inteligencia, la
emoción y la intención. Sólo sabemos que carecemos de esto y que no
podemos seguir adelante sin este método que recibimos de arriba.
Previamente funcionaba de forma instintiva, desde el interior. Pero
ahora, con el fin de recibirlo, se requiere de nuestro trabajo,
esfuerzo, petición y plegaria (MAN) preliminares. Entonces necesitamos de la sabiduría de la Cabalá. Pero el camino del desarrollo natural Beito (a su debido tiempo) es largo y difícil. Esto es llamado los
“cuatrocientos años de exilio” hasta que pasemos a través de todas las
etapas de desarrollo interno, fases 1, 2, 3 y 4, después a través de
golpes y problemas, descubramos la forma deseada. Pero junto con esto, no es coincidencia
que el método de la Cabalá ya exista en nuestro mundo, haya sido
entregado al pueblo, transmitido a la humanidad, adaptado y traducido a
muchos idiomas. Entonces es posible usarlo, estudiarlo, realizarlo en
una forma organizada y bien probada. Entonces avanzaremos en el camino
de Ajishena (Yo lo apresurare). De esta manera no necesitamos
pasar por esos sufrimientos por los que pasaríamos si avanzamos en el
camino de a su debido tiempo, mediante el camino de todas las fases de
desarrollo. Nosotros adquiriremos esos
discernimientos sin sufrir; está dicho, “el Rusto toma su parte y la
parte de su amigo en el Jardín del Edén”. Todo esto viene a nosotros
como resultado de nuestro esfuerzo y conexión. A través de este nos
ahorramos mucho tiempo y sufrimiento. Este es nuestro trabajo. Entonces debemos desarrollar ahora una
diseminación de amplio espectro, primero que nada para las personas que
habitan la tierra de Israel y después de eso para el mundo entero. Todo esto es para que la humanidad no busque a ciegas la vía del
desarrollo, porque es probable que esto traiga grandes problemas, como
los trajo el desarrollo previo a través de interminables guerras.
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