A medida que el mundo gime bajo la
presión de dos fuerzas en conflicto, la fuerza global de la conexión y
el poder de separación del ego, estamos cayendo en el estado que existió
en la antigua Babilonia antes de la dispersión. Por desgracia, hoy no
podemos apartarnos ni sedar nuestros egos. Nuestra única opción es
trabajar en nuestra fuerza positiva que equilibra el poder negativo de
nuestro ego. El pueblo de Israel, descendientes de
los antiguos babilonios que siguieron a Abraham, deben implementar la
sabiduría de la conexión, es decir, la sabiduría de la Cabalá. Ellos
están obligados a establecer un ejemplo para toda la humanidad, y por lo
tanto a convertirse en una “Luz para las naciones”. La llave de la felicidad. Las leyes de la Naturaleza dicta que todos alcanzaremos un estado de unidad. Sin embargo, hay dos maneras
con las que podemos llegar a ese final feliz: un camino de
sufrimiento mundial, guerras, catástrofes, plagas y desastres naturales,
o un camino de equilibrio gradual del yo, el camino que Abraham
implantó en sus discípulos. El último es el que nosotros sugerimos.
El texto completo del folleto está aquí
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