Estamos avanzando junto con toda la humanidad hacia un estado llamado
sistema global. Este nos obliga a todos nosotros a conectarnos en
armonía en un sistema cerrado dado que toda nuestra naturaleza existe de
acuerdo a este principio. La fuerza superior de la naturaleza es
una y es única, no hay otra cosa además de esta. La humanidad debe
existir en un sistema que es similar al sistema superior y que es
compatible con él. Mientras más alejados estamos de los límites de la
conexión, la unidad, de la cooperación y la conexión mutua, más golpes
recibimos. Debemos darnos cuenta que los golpes que
hemos recibido son intencionados y que existe una razón para ellos.
Están destinados a enseñarnos que la conexión es algo bueno, mientras
que la separación, alienación son malas y que vale la pena conectarnos
unos con otros mentalmente, con el fin de conectarnos conscientemente
con este único sistema y por nuestra propia libre voluntad. Llegaremos a
esto no bajo presión y golpes, sino porque queremos estar conectados,
puesto que apreciamos el otorgamiento y la conexión mutua.
El amor por los demás no es una ley
formal que debemos seguir, ni es algún dominio extraño que nos presiona y
nos fuerza a obedecerlo. Tenemos que alcanzar un estado en el que
comencemos a apreciar y a entender por nosotros mismos que éste es mucho
más sublime que nuestra naturaleza actual, en el que apreciemos,
entendamos cuán bueno y maravilloso es existir en cooperación mutua,
conexión, apoyo y ayuda mutua entre nosotros. A pesar de que nuestra naturaleza
egoísta detesta esto, esa oposición en realidad nos ayuda a aclarar
exactamente cuál atributo es más importante y sublime, y más humano, y
preferir el otorgamiento a la recepción, el amor por sobre el odio, la
conexión y la unidad por sobre la separación. Mientras más rápido descubramos esta
inclinación de la naturaleza hacia el otorgamiento, mejor estaremos. Por
lo tanto, nos encontramos ahora en una crisis global que nos muestra
cuán lejos estamos de la armonía mutua y hasta qué punto somos
responsables por ella como seres humanos al afrontar a toda la
naturaleza. Hoy, incluso los astrofísicos dicen que
el pensamiento humano causa explosiones en estrellas distantes en lo
profundo del universo. Ellos lo sienten como un resultado de su
investigación que los hace sensibles a lo que sucede en el espacio. El hombre es la corona de la creación,
está en su poder llevar a todas las partes de la naturaleza, incluyendo
la naturaleza inanimada, vegetativa, animada y humana, ya sea a la
conexión o a la separación. Si la naturaleza aspira a conectar todas sus
partes separadas, los humanos debemos pensar en eso y aspirar en la
misma dirección. Si aspiráramos incluso un poco en
dirección hacia la unidad, podríamos despertar los genes espirituales
ocultos que están en nosotros desde el tiempo en que existíamos como un
hombre. Entonces, podríamos anular todos los obstáculos y los golpes. No
habría necesidad de ellos en nuestro avance hacia la conexión, dado que
estos vienen sólo por una razón: despertar en nosotros la raíz de la
unidad que lo abarca todo y forzarnos a realizarla.
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