La epidemia de ébola ha atraído la atención de todo el mundo, pero en
realidad hay muchos problemas muy graves con los que tenemos que lidiar. Todos los problemas se derivan de los
desequilibrios en la sociedad humana. Es difícil distinguir cuál de los
problemas que estamos causando provocan guerras y cuales provocan
enfermedades, tsunamis o erupciones volcánicas.
Hay muchos factores naturales que pueden
ser más perjudiciales para la humanidad que el virus del ébola. Los
expertos, por ejemplo, predicen una gran erupción volcánica en
California. La actividad volcánica está en constante crecimiento allí y
hay una erupción que está próxima. Si eso ocurre, la ceniza podría cubrir
todo el cielo hasta el punto de no ser capaces de ver el sol. La
temperatura bajaría a menos de 50 grados centígrados o incluso a menos
de 70 grados. No está claro cómo podríamos ser capaces de sobrevivir en
tales condiciones. Estamos en un sistema y su desequilibrio ha alcanzado una línea roja crítica que evoca las fuerzas negativas en la naturaleza.
Todo depende del nivel y tipo de desequilibrio que convocamos. Nadie
está castigándonos a propósito de esta manera y en realidad esta es la
respuesta natural del sistema. Si el sistema está fuera de balance, él
nos golpea. Podemos, sin embargo, hacerle un llamado
a que nos castigue, dado que en los niveles anteriores en el pasado,
nos desarrollamos por medio de los golpes que nos empujaron hacia
adelante. La Edad de Hielo es un ejemplo de ello. Baal HaSulam
dice que cuando se formó el planeta Tierra, éste pasó por varias fases
de alternancia entre calor y frío y cada período se prolongó cerca de
treinta millones años hasta que la corteza de la tierra sobre la cual
podía existir la vida se creó en la cima de este volcán gigante. Siempre ha habido procesos extremos en la superficie de la tierra, pero se calmaron y llevaron a la tierra a un estado de equilibrio
para que pudieran aparecer formas de vida. La diferencia de temperatura
entre el invierno y el verano es de unos 20 grados a lo sumo, lo cual
es una diferencia insignificante en comparación con lo que sucedió en
este planeta antes de llegar a un estado de equilibrio en el que la
temperatura se elevaba a 2.000 grados y bajaba a 50 o 200 grados bajo
cero. El equilibrio se logró en determinadas
condiciones en las que podemos existir. La vida proteica puede existir
gracias a un equilibrio de temperatura en la tierra, en los océanos y
en tierra. Mientras el hombre ha desarrollaba, él
se elevó por encima de todo este sistema. Todas las partes de la
naturaleza están conectadas a un sistema: la atmósfera, los océanos y
los continentes. La tierra no existe de acuerdo a las leyes de los
estados y las naciones que están divididos por fronteras, sino como un
planeta con una ecología, procesos generales, colectivos y naturales.
Las personas que viven en este planeta hoy alteran el equilibrio. Este sistema no tiene ninguna intención
de castigarnos, sino que reacciona de acuerdo a nuestras acciones,
entonces recibimos lo que merecemos de él. Por supuesto que nos golpea
por alterar el equilibrio en nuestro nivel humano. Como factor negativo
que causa el desequilibrio, la humanidad recibe un contragolpe.
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