Pero al mismo tiempo, entendieron que era imposible entrar a ella a
causa de terribles gigantes que vivían ahí y cuando el pueblo fue
informado de esto, comenzaron a estar resentidos.
Generalmente, ¿cuándo comienzo a estar resentido? Es cuando me dicen, ‘debes hacer esto’.
Es
decir, cuando voy hacia el próximo nivel al que debo llegar, no puedo
escapar porque las circunstancias me están empujando. Aun así, siento
que ya no tengo ninguna fuerza. Este contraste dramático, donde debo
hacer algo pero no tengo la fuerza, despierta resentimiento en mí.
Aun cuando la tierra de Israel
es tan atractiva y mana leche y miel, aun así no puedo entrar. Todo lo
que queda para mí es sentir envidia desde la distancia y relajarme. Como
está dicho, un hombre no tiene deseo por la hija del rey porque incluso
el sólo soñar con ella, ya es sufrimiento.
Entonces,
no sufro. Sé que no es para mí, es un sueño que no se volverá realidad.
Así que, automáticamente la remuevo de mis deseos y vivo en paz,
disfrutando lo que es alcanzable.
Aquí el
problema es que se requiere de mí que me gane a la hija del rey, ‘debes
hacerlo’ y no veo ninguna posibilidad. Pero las circunstancias me
fuerzan, ‘No importa. Resiste. Ve hacia arriba. Escalarás esta montaña y
harás todo’.
Pero
¿hay gigantes enormes ahí y tengo que pelear con ellos? ¿Debo superar
obstáculos como ríos con fuertes corrientes y altas montañas? ¡No estoy
listo! Entonces, me siento resentido y me quejo.
El
resentimiento aparece dependiendo de mi entendimiento actual de las
posibilidades que tengo frente y los obstáculos que son colocados ante
mí. Aun cuando más tarde pueda esperar recompensa, ríos de leche y miel,
no es para mí. Déjenme vivir en paz. Viví cuarenta años en el desierto y
podría vivir ahí otros cuarenta años. No es tan malo. Así es
básicamente como es construído el ser humano.
El problema es que tomo en cuenta mis características y posibilidades presentes. Sin embargo, el Creador
dice, ‘Te pondré en tales circunstancias que no tendrás opción y
acudirás a mí. Entonces te ayudaré. Te apoyaré y te elevarás hasta este
nivel’.
Pero
mientras tanto, el pueblo está resentido, ‘Elegiremos otros líderes que
nos lleven de regreso a Egipto’. Esto es porque es imposible permanecer
en la mitad del desierto. O vamos hacia adelante o de regreso. Entonces,
es preferible regresar ¿Que había de malo ahí?
Para una
persona en la situación presente, siempre parece ser así, ‘Cómo odio el
estado en el que estoy ahora. Me voy’. De lo que escapó le parece
positivo. Entonces, regresa.
Todo
esto es completamente natural, excepto por una cosa: pedir, exigir la
fuerza para dominar el próximo nivel. Sólo entonces la persona obtiene
poderes. Hasta entonces, siempre olvida que es posible exigir y pedir
ayuda del Creador, para recibir los los poderes de los que carece.
Pregunta:
¿Cómo es posible explicar este olvido colosal, el alternar
constantemente, dentro de nosotros, la sensibilidad hacia el Creador y
los descensos y una vez más, sensibilidad y descenso, ¿es así hasta que
el Creador es borrado completamente de nuestra memoria y pensamientos?
Dr: Laitman
El hecho es que la persona es nueva todo el tiempo. La memoria no está
almacenada dentro de él. Todo desaparece como si nunca hubiera
experimentado nada y no hubiera tenido ninguna circunstancia similar.
Después de todo, lo que fue en la etapa previa se pierde, como un
cohete. La etapa previa es desconectada y todo es completamente borrado.
Nada queda, porque el nuevo nivel, las diez Sefirot son nuevas.
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