En nuestro camino espiritual, hay dos obstáculos o interrogantes extremadamente serios, que son elevados por el Faraón en persona.
1. ¿”Quién es el Creador para que yo escuche su Voz”? En otras palabras, ¿Qué cosa tan importante está escondida en la propiedad de otorgamiento para que yo baje mi cabeza ante él?
De hecho, esta rebelión de nuestra naturaleza nos ayuda porque, al sobreponerse, podemos mantener exaltada a la importancia del otorgamiento sobre la recepción ante nuestros ojos. El egoísmo creciente continuamente niega la importancia de otorgar, y nosotros debemos mantenernos fortaleciendo nuestra conexión con el grupo, para que bajo su influencia, empecemos anhelar la realización de las propiedades de otorgamiento nuevamente dentro de nosotros.
2. ¿”Qué hay para mí en el trabajo”? El egoísmo nos muestra que somos débiles e incapaces de alcanzar lo que nosotros deseamos.” ¿Qué tengo yo qué hacer con todo esto? Tú meta puede ser hermosa, ¿Pero quién eres tú para alcanzarla?” Cuando estas dos debilidades se apoderan de nosotros, uno debe entender que la persona no puede ser liberada de la prisión por sí misma. La única oportunidad de hacerlo son con los amigos que vienen a salvarme. Encontraré fuerzas para avanzar sólo en el grupo, en la conexión entre nosotros. Ahí, revelaré mi naturaleza y me daré cuenta que carece de otorgamiento. Entonces, yo experimento angustia entre estos dos polos: De un lado, tenemos la importancia del otorgamiento y por el otro, mi mezquindad. Yo adquiero estos dos factores, gracias al medio ambiente. Ahora todo está organizado de forma correcta: Yo estoy abajo, el objetivo es sublime y profundo, y tengo los medios para alcanzarlo. En este punto, llega un sentimiento de certeza que llamamos Arvút (garantía muta). Después de todo, yo se que a través del grupo, recibiré toda la fuerza necesaria. ¿Cómo yo sé todo esto? De hecho, el ambiente correcto es una estructura creada por El Creador y se infunde con Su atributo. Por tanto, si nos acercamos entre todos, con lazos de amor, entonces el otorgamiento empieza a gobernar entre nosotros. Resulta que en realidad, no uso el poder del grupo, uso la propiedad de otorgamiento que está escondida en nuestra interconexión. No pertenece a ninguno de los individuos porque es la fuerza del Creador, que es revelada entro nosotros. Esta fuerza en particular es la única y hace todo el trabajo. Por tanto, el corazón del Faraón se encuentra en las manos del Creador. El Faraón es la fuerza de la recepción, creada por el Creador para que nosotros construyamos al otorgamiento por encima del Faraón.
1. ¿”Quién es el Creador para que yo escuche su Voz”? En otras palabras, ¿Qué cosa tan importante está escondida en la propiedad de otorgamiento para que yo baje mi cabeza ante él?
De hecho, esta rebelión de nuestra naturaleza nos ayuda porque, al sobreponerse, podemos mantener exaltada a la importancia del otorgamiento sobre la recepción ante nuestros ojos. El egoísmo creciente continuamente niega la importancia de otorgar, y nosotros debemos mantenernos fortaleciendo nuestra conexión con el grupo, para que bajo su influencia, empecemos anhelar la realización de las propiedades de otorgamiento nuevamente dentro de nosotros.
2. ¿”Qué hay para mí en el trabajo”? El egoísmo nos muestra que somos débiles e incapaces de alcanzar lo que nosotros deseamos.” ¿Qué tengo yo qué hacer con todo esto? Tú meta puede ser hermosa, ¿Pero quién eres tú para alcanzarla?” Cuando estas dos debilidades se apoderan de nosotros, uno debe entender que la persona no puede ser liberada de la prisión por sí misma. La única oportunidad de hacerlo son con los amigos que vienen a salvarme. Encontraré fuerzas para avanzar sólo en el grupo, en la conexión entre nosotros. Ahí, revelaré mi naturaleza y me daré cuenta que carece de otorgamiento. Entonces, yo experimento angustia entre estos dos polos: De un lado, tenemos la importancia del otorgamiento y por el otro, mi mezquindad. Yo adquiero estos dos factores, gracias al medio ambiente. Ahora todo está organizado de forma correcta: Yo estoy abajo, el objetivo es sublime y profundo, y tengo los medios para alcanzarlo. En este punto, llega un sentimiento de certeza que llamamos Arvút (garantía muta). Después de todo, yo se que a través del grupo, recibiré toda la fuerza necesaria. ¿Cómo yo sé todo esto? De hecho, el ambiente correcto es una estructura creada por El Creador y se infunde con Su atributo. Por tanto, si nos acercamos entre todos, con lazos de amor, entonces el otorgamiento empieza a gobernar entre nosotros. Resulta que en realidad, no uso el poder del grupo, uso la propiedad de otorgamiento que está escondida en nuestra interconexión. No pertenece a ninguno de los individuos porque es la fuerza del Creador, que es revelada entro nosotros. Esta fuerza en particular es la única y hace todo el trabajo. Por tanto, el corazón del Faraón se encuentra en las manos del Creador. El Faraón es la fuerza de la recepción, creada por el Creador para que nosotros construyamos al otorgamiento por encima del Faraón.
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