Sabiduría de la Cabalá: ¿Por qué se denomina así la sabiduría de la Cabalá; "recibimiento" y no "sabiduría de Otorgamiento"? La sabiduría de la Cabalá es denominada "sabiduría de recibimiento" y no "sabiduría del otorgamiento" porque es una sabiduría que nos enseña cómo recibir, cómo descubrir la verdadera carencia de lo que el Creador nos quiere otorgar y así podremos recibir todo de Él. De parte del Creador no hay ningún impedimento o algún tipo de barreras, nada, sino que todas las barreras están en nuestro interior, desde el momento que nosotros no sentimos gusto por esto, es como si fuera insípido, inexistente. Y entonces cuanto más nos desarrollamos, desarrollamos la carencia y de acuerdo a la dimensión de esta, percibimos el tamaño del llenado, el placer. En espiritualidad, si nuestra carencia es verdadera, entonces el placer no lo neutraliza, por lo contrario en nuestro mundo, cuando tenemos carencia de diferentes cosas y nosotros deseamos recibir los placeres dentro de ella, entonces los placeres borran la carencia, desaparece la falta y la sensación de placer y la vida queda nuevamente vacía.
Clase matutina parte III, 21:05-25:53
Consejo para el que está en el camino, 15.10.10: Ejercicio de fumar : Cuando me viene un deseo extraño durante la clase, lo puedo reducir. Cuando estoy sentado en la clase y me viene un deseo de fumar, por ejemplo, lo puedo reducir y no dejar que me asalte. Este es un buen ejercicio. Yo me digo a mi mismo que no dejo de fumar, sino que fumaré dentro de unos 50 años, digamos. Les conviene probarlo. Rabash fumaba dos paquetes por día de cigarrillos de tabaco negro muy fuerte. Hasta que un día, cuando ya era muy anciano, el médico le dijo que debe dejar de fumar. Incluso Baal ha Sulam fumaba mucho, pero cuando un vecino le dijo que tosía durante la noche y no lo dejaba dormir, no fumo más desde ese momento. Pruébenlo.
Clase matinal, parte III, 17:18-20:30
Consejo para el que está en el camino, 15.10.10: Ejercicio de fumar : Cuando me viene un deseo extraño durante la clase, lo puedo reducir. Cuando estoy sentado en la clase y me viene un deseo de fumar, por ejemplo, lo puedo reducir y no dejar que me asalte. Este es un buen ejercicio. Yo me digo a mi mismo que no dejo de fumar, sino que fumaré dentro de unos 50 años, digamos. Les conviene probarlo. Rabash fumaba dos paquetes por día de cigarrillos de tabaco negro muy fuerte. Hasta que un día, cuando ya era muy anciano, el médico le dijo que debe dejar de fumar. Incluso Baal ha Sulam fumaba mucho, pero cuando un vecino le dijo que tosía durante la noche y no lo dejaba dormir, no fumo más desde ese momento. Pruébenlo.
Clase matinal, parte III, 17:18-20:30
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