
Rav: Pienso que no debe ser sólo un curso, sino una colección de varias disciplinas. Las personas deben adquirir conocimiento básico, discutirlo en un grupo, ya sea en un salón de clases o virtualmente, pero con un instructor, es decir, un especialista que pueda explicar el material de forma comprensible. En primer lugar, uno debe estudiar la sicología humana a un nivel fundamental, básico, donde cada uno de nosotros pueda entender: Quién soy; qué soy; cómo pienso, actúo, e interactúo con otros. Es necesario explicar la sicología de las interacciones entre esposos, entre padres e hijos, la manera correcta de relacionarnos con los niños, la educación de los niños y economía doméstica con base en los requerimientos propuestos por la naturaleza: Cuánto consumimos, cuánto damos en respuesta. En otras palabras, debemos colocarnos en un marco que nos permita existir en un estado de equilibrio. Naturalmente, cada uno de nosotros necesita un lugar donde vivir, una familia, seguridad, comida, etc. Todas esas son necesidades básicas de todo ser humano y uno debe sentirse seguro de que serán cumplidas, siempre y cuando él satisfaga todos los requerimientos de la sociedad. Todos los otros requerimientos dependen de la posición de la persona: O trabaja en la producción o está involucrado en trabajo social, estudios o, tal vez, enseña a otros. Las personas en la práctica trabajarán cerca de dos o tres horas al día. Algunos podrían trabajar más, otros menos, pero eso no dependerá de cuánto ganen. La masa de personas restante se ocupará sólo de crear la homeostasis, un equilibrio para todo el sistema de actividad humana en nuestro planeta. Entonces veremos una sociedad diferente. Todo eso necesita ser explicado, desglosado con disciplina. Necesitamos explicar toda la historia de la humanidad como una consecuencia del desarrollo de nuestro egoísmo, que nos ha llevado hoy a un estado de completo hartazgo hasta el punto de que ya no deseamos desarrollarnos más. Ya no deseamos nada en la vida. Llegamos a la depresión, a las drogas y al terrorismo, en otras palabras, a la etapa final: al renacimiento de nuestro egoísmo. Hoy ya no queremos esforzarnos por nada, sino al contrario, hundirnos, en el alcoholismo, en la degradación porque no vemos ningún prospecto de crecimiento futuro. Nuestro egoísmo, al haber llegado a su máximo nivel de desarrollo, está empezando a culminarse y a adquirir una forma integral, pero no estamos listos para eso. Es por esto que no entendemos qué hacer de ahora en adelante, porqué no podemos organizar los recursos naturales, las redes de comunicación y en general, todo el desarrollo. Un nuevo paradigma común, una nueva actitud hacia la vida, debe darle a la persona una oportunidad de corregir la crisis en todos los aspectos de la vida: familia, sociedad, ecología, economía, etc. Tras un curso de educación general, necesitamos introducir un curso de crianza integral. Un curso de crianza implica lecciones con grupos, donde las personas literalmente trabajen a través de todos los elementos posibles de comunicación mediante discusiones y todo tipo de juegos de rol. Trabajan en ellos como cualquier actor que tiene una reserva de cientos de técnicas. De entre las cuales ensambla un rol, una imagen de cierta persona. Así es como debemos educar a la persona acerca de las leyes de comportamiento en un mundo integral. Y no le parecerá artificial porque le enseñaremos la interacción correcta con otros, a partir de la cual de pronto sentirá una cierta elevada sensación de tranquilidad, paz y satisfacción. Su vacío interno, que previamente llenó a expensas de logros económicos en competiciones capitalistas, comenzará a llenarse desde una dirección completamente diferente, de acuerdo a un esquema diferente. Será llenado de tal manera que se sentirá seguro y a salvo. Nadie entrará en ninguna confrontación con él. Debemos incluir un gran número de grupos en esta parte del curso. Creo que será una acción muy seria, emocionante, en la que padres con sus hijos, esposas y vecindarios enteros pueden participar. Aquí comenzaremos a formar un nuevo tipo de interacciones sociales, una nueva visión de la vida y del mundo, dentro de la cual la persona comenzará a sentir la globalidad de la naturaleza, su plenitud y armonía interna. En esta armonía interna está en esencia nuestra demanda interna. Esto es lo que queremos experimentar en nuestra vida y lo que estamos intentando lograr en nuestra inútil competencia del uno con el otro.