
“Inicialmente, habrá una gran necesidad de que las personas tomen la iniciativa de diseminar el llamado para la convergencia en la consciencia en todo el mundo, escribió Calleman”. El cambio de paradigma descrito por Calleman ya sea como un cambio de consciencia o como una convergencia en la consciencia, ya está en camino. El tren de la historia ha “salido de la estación” y de hecho, es un tren bala. Este cambio de paradigma de la historia global humana comenzó en la primavera del 2011 en el mundo Árabe. Sin embargo, la cadena de eventos de la revolución Árabe es altamente predecible sin referirnos ni al calendario Maya, ni a las bolas de cristal. Desde la primavera Árabe, El movimiento Occupy ha mostrado una notable adaptabilidad, resistencia y ahora está volviéndose viral. Ha alcanzado gran popularidad en Europa del este, en Grecia, el Reino Unido, España, Italia, Francia y Alemania. Pero más importante aún, ahora es una fuerza que debe ser tomada en cuenta dentro del bastión del imperialismo: Los Estados Unidos de América. La principal razón por la cual el movimiento Occupy está afianzándose tanto en los Estados Unidos es que cerca de uno de cada dos americanos, de acuerdo a las nuevas cifras de la oficina de censos de Estados Unidos, ha caído en la pobreza y lucha por sobrevivir con un ingreso muy bajo. El cambio de paradigma de Occupy no es una fuerza sobrenatural ‘predestinada’ o un extraño fenómeno astrológico, en su lugar es un movimiento ordinario basado en algunos principios simples como equidad, igualdad y justicia social. Tiene su fundamento en la convicción de que el 99 por ciento de la población mundial debe controlar los recursos y manejar sus propios asuntos en lugar de dejar que el 1 por ciento maneje el mundo de forma tan insostenible que nos están llevando alegremente hacia un abismo. Los tiranos, los dictadores, los oligarcas y los ‘amos del universo’ del mundo financiero, han sido puestos sobre aviso por el 99 por ciento. Si resisten, la ola de Tsunami del movimiento Occupy eventualmente los derrocará o degradará totalmente su poder y riqueza. Es sólo una cuestión de tiempo y al fin y al cabo queda todo un año antes del fin del calendario Maya. El movimiento global Occupy es probablemente nuestra mejor esperanza, no como el 99 por ciento sino como seres humanos, para cambiar de forma resuelta nuestro curso y promover un mundo donde no prevalezca una cultura de ‘depredadores’. Una forma de vida que se basa en la equidad, la justicia y el respeto a la declaración universal de los derechos humanos.
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