Cuando uno surge del seno de la creación, uno está en el egoísmo absoluto, en el amor propio, y ninguno de sus movimientos tiene la más mínima traza de otorgamiento a los demás. Así pues, uno está a la más grande distancia del Creador, de la propiedad de altruismo absoluto. Por lo tanto, su situación es considerada como el punto más bajo de la creación.
- Baal HaSulam, Matán Torá (La entrega de la Torá), ítem 12
Aunque el deseo de recibir es una ley obligatoria en la criatura, sin embargo, la separa completamente del Emanador. Hay una disparidad de forma hasta el punto de oposición entre la criatura y Emanador, entre el deseo de recibir y el deseo de otorgar.
- Baal HaSulam, “Prefacio a la sabiduría de la Cabalá”, ítem 13
El mal, en general, no es más que el amor propio llamado “egoísmo”, puesto está opuesto en cuanto a la forma con el Creador, quien no tiene ningún deseo de recibir para Sí mismo, sino sólo de otorgar.
- Baal HaSulam, Matán Torá (La entrega de la Torá), ítem 12
Aunque el deseo de recibir es una ley obligatoria en la criatura, sin embargo, la separa completamente del Emanador. Hay una disparidad de forma hasta el punto de oposición entre la criatura y Emanador, entre el deseo de recibir y el deseo de otorgar.
- Baal HaSulam, “Prefacio a la sabiduría de la Cabalá”, ítem 13
El mal, en general, no es más que el amor propio llamado “egoísmo”, puesto está opuesto en cuanto a la forma con el Creador, quien no tiene ningún deseo de recibir para Sí mismo, sino sólo de otorgar.
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