
Debemos acostumbrarnos a percibir la realidad correctamente. O percibimos toda la realidad como ahora: como si fuera algún mundo exterior que se encuentra frente a nosotros; o toda la realidad se encuentra dentro de nosotros. Es una diferencia enorme puesto que, en el primer caso, yo percibo toda la realidad pensando cómo utilizarla para mi propio beneficio. La percibo y la entiendo únicamente de esa manera egoísta. Si percibo la realidad a través de dicho filtro egoísta, entonces percibo lo que se llama “este mundo”, lo que siento dentro de mi deseo. Si percibo el mundo de manera opuesta, dirigido al otorgamiento, según el principio “todo es para los demás” en vez de “todo existe para mí”, entonces percibo otra realidad, la cual se llama “la realidad superior” o “el mundo espiritual”. La persona siempre debe comprobar en qué estado se encuentra su interruptor interno, el cual dirige sus pensamientos: para sí mismo o para todos nosotros. Precisamente en esto consiste su elección libre en cada momento de su vida. Si dicho interruptor se encuentra en una posición media, como un interruptor de cuchillas, yo puedo girarlo en dirección a mí y entonces percibo este mundo. O lo giro hacia las demás personas y percibo la espiritualidad. Yo soy como un guardia, que cambia la cuchilla y entonces, percibe ya sea el mundo superior o este mundo dentro de sus deseos. Este interruptor está en tus manos. La elección libre consiste en la manera de girarlo: si te desconectas de tu propio egoísmo y diriges los pensamientos hacia los demás en vez de dirigirlos hacia ti mismo. En este caso, irás en dirección al otorgamiento y veras el mundo superior en el mismo lugar, dentro de los mismos deseos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.