La opinión de Mark Buchanan, de Bloomberg; “Las naciones europeas están enlazadas en una red de deudas, como lo ilustró recientemente Bill Marsh en The New York Times con una bella pieza de arte gráfico. Grecia e Italia destacan; Irlanda, Portugal y España los siguen de forma ominosamente cercana. Francia y Alemania parecen expuestas, también, así como Estados Unidos”.
La imagen es como un complejo diagrama de cableado para una bomba de deuda con su tic tac. Aun así lo que muestra puede ser menos importante que lo que deja fuera: una enorme red invisible de lazos entre instituciones del mundo, que en última instancia podría causar un caos financiero global. Pero esos lazos que se han descubierto son muy importantes. Fueron la principal razón de la intervención del gobierno de Estados Unidos en el 2008 para prevenir el colapso del gigante de las aseguradoras American International Group Inc. El caso AIG ilustra una importante paradoja que se vislumbra otra vez en la crisis europea de hoy. Cuando la conectividad es relativamente baja, si un banco quiebra súbitamente, las repercusiones no son tan serias; la falla causa problemas para unas cuantas otras instituciones pero en general no se propaga tanto. Sin embargo, con la conectividad creciente las cosas cambian dramáticamente. Más allá de un cierto umbral de conectividad, los intentos de compartir el riesgo incrementan la posibilidad de que un banco caiga. Se crean tantos caminos por los cuales el problema se puede expandir que el colapso del sistema general se vuelve más probable. La red de conexiones de riesgo compartido dentro de la cual opera una institución sólo nos da una ilusión de seguridad. Lo que reduce el riesgo para las instituciones individuales en pequeñas cantidades significa problemas para el sistema bancario general cuando es llevado demasiado lejos. Esto es especialmente preocupante cuando consideras que el número de contratos de permuta de incumplimiento crediticio (CDS por sus siglas en inglés) que sobresalen en la deuda soberana de Europa se han duplicado sólo en los pasados tres años, incluso después de la catástrofe de AIG. La explosión de contratos CDS no regulados y ocultos por mucho tiempo se hizo posible mediante la desregulación financiera del 2000 y ha hecho más riesgoso al sistema financiero. Su uso sin restricciones, especialmente con poco conocimiento de quién está haciendo qué, luce como una receta para el desastre.
Mi comentario: El ángel de la muerte aparece ante una persona con una gota de veneno en la punta de la hoja de la espada. Se la ofrece a la persona y parece tan dulce que la persona no puede pensar en nada más y es forzada a abrir su boca. Él engulle la gota de veneno y muere, al no ser capaz de resistir el placer ilusorio
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