"La última generación" de Baal HaSulam comienza con una fábula acerca de un grupo de amigos que están perdidos y errantes en el desierto, sufren de hambre y sed.
Uno de ellos encuentra un asentamiento donde están las mejores cosas y recuerda a sus desafortunados amigos de quienes ha sido separado. Él no sabe donde están. ¿Qué hace? Comienza a soplar el cuerno y a gritar ruidosamente.
Quizás sus hambrientos y miserables amigos le escucharán y también vendrán al asentamiento y recibirán cosas buenas. Habla de los libros especiales que hemos encontrado que explican las leyes de la naturaleza y que le pueden enseñar el camino a nuestra generación pérdida que está vagando en el desierto. En la actualidad, se está descubriendo que la humanidad está realmente perdida y no tiene ninguna guía que la oriente. Hay un gran peligro de haber perdido nuestro camino, que por la desesperación podríamos empezar guerras terribles, como ya ha ocurrido en el pasado.
Por lo tanto, es tan importante entender que existen tanto los libros como los grupos de personas que son capaces de conducir a la humanidad hacia una buena meta.
Es interesante que este libro no contiene instrucciones que expliquen cómo fortalecernos en este camino en el que viajamos desde abajo hacia arriba.
No da ninguna explicación que nos ayude a comprender lo que debemos hacer y lo que vamos a recibir por cada paso que damos como lo hace un manual de instrucciones para algún tipo de máquina, donde no tenemos que pensar mucho, sólo ejecutar órdenes. Por el contrario, el libro está escrito “desde arriba hacia abajo” desde el mundo de Ein Sof (Infinito) hasta este mundo.
Describe el sistema superior y no está claro para qué lo necesitamos. ¿No hubiera sido preferible escribir sobre nosotros, sobre el hombre, sobre Adam HaRishon y todo lo que le pasó a él? Pero en el momento en que uno comienza a hablar de él, las explicaciones comienzan a hacerse vagas y se terminan rápidamente. ¿Dónde están las instrucciones claras, donde está el acuerdo para mi alma rota: los lugares donde cayó y donde tengo que buscar mis piezas rotas? ¿Cómo debo recogerlas y armarlas? ¿Cómo debo comprobar que no he cometido un error? ¿Por qué no hay nada escrito sobre esto? Si tenemos que llevar al mundo hacia la corrección, entonces ¿Por qué no es posible ir hacia eso de una manera lógica, pensada, donde examinemos nuestros pasos, uno por uno, de acuerdo con las instrucciones claras que se descubren ante mí? Pero en lugar de describir todos los pasos de abajo hacia arriba, cómo ejecutarlos y cómo examinarlos, es todo lo contrario. Se me indica cómo descendieron los mundos superiores desde arriba hasta abajo. Quiero saber cómo se rompió el primer hombre, donde se encuentran las piezas rotas de mi alma, cómo puedo verlas, recogerlas, conectarlas, pegarlas y comprobar si lo hice correctamente. No tenemos instrucciones para esto. No sabemos dónde está el material con el que tenemos que trabajar, es decir, dónde encontrarlo y lo que debemos hacer con este. ¿Por qué se hace de esta manera? La cuestión es que nos gustaría avanzar en la espiritualidad exactamente como lo hacemos en la corporalidad, con las mismas herramientas.
Quiero examinar todo, comprender todo, leer las instrucciones que aparecen en el libro y ejecutarlas. Esto es posible si opero en mi nivel y trabajo tanto con las sensaciones como con el intelecto, con mis deseos y atributos.
Sin embargo, si necesito subir al siguiente nivel, se necesita un enfoque totalmente diferente. Para empezar, necesito reconocer el mal de mi estado actual y el futuro bien del siguiente nivel, es decir sus propiedades y todo lo que ocurre en este. Esto es a pesar de no entender su bondad. Por el contrario, descubro que es lo opuesto de todo lo que tengo ahora, lo contrario a todos mis atributos y valores. De esta manera tenemos que prepararnos: despreciar conscientemente el nivel actual en comparación con la grandeza del siguiente nivel y elegir sus propiedades en lugar de las nuestras. Necesitamos alcanzar el reconocimiento de la maldad de nuestro deseo de recibir al máximo y apreciar el atributo del otorgamiento tanto como sea posible, aunque no parezca tan importante para mí por vía de mis Kelim (deseos) actuales, en mi percepción actual. Puedo apreciarlo sólo a través de los Kelim de la sociedad. Así que, debo anhelar la Luz que Reforma la cual llega desde el tercer nivel. Trabajo hacia mi siguiente nivel superior, que para mí se llama el Creador y quiero recibir más Luz desde el nivel superior, el nivel por encima de mí. Desde allí, cuando Maljut (Reino) eleva el MAN (Mayin Nukvin, aguas femeninas) hasta Zeir Anpin (pequeña rostro), entonces se eleva incluso más arriba, hasta Aba ve Ima (AVI, padre y madre), la fuente de Luz. Y nosotros también debemos trabajar de esta manera.
Sin embargo, si necesito subir al siguiente nivel, se necesita un enfoque totalmente diferente. Para empezar, necesito reconocer el mal de mi estado actual y el futuro bien del siguiente nivel, es decir sus propiedades y todo lo que ocurre en este. Esto es a pesar de no entender su bondad. Por el contrario, descubro que es lo opuesto de todo lo que tengo ahora, lo contrario a todos mis atributos y valores. De esta manera tenemos que prepararnos: despreciar conscientemente el nivel actual en comparación con la grandeza del siguiente nivel y elegir sus propiedades en lugar de las nuestras. Necesitamos alcanzar el reconocimiento de la maldad de nuestro deseo de recibir al máximo y apreciar el atributo del otorgamiento tanto como sea posible, aunque no parezca tan importante para mí por vía de mis Kelim (deseos) actuales, en mi percepción actual. Puedo apreciarlo sólo a través de los Kelim de la sociedad. Así que, debo anhelar la Luz que Reforma la cual llega desde el tercer nivel. Trabajo hacia mi siguiente nivel superior, que para mí se llama el Creador y quiero recibir más Luz desde el nivel superior, el nivel por encima de mí. Desde allí, cuando Maljut (Reino) eleva el MAN (Mayin Nukvin, aguas femeninas) hasta Zeir Anpin (pequeña rostro), entonces se eleva incluso más arriba, hasta Aba ve Ima (AVI, padre y madre), la fuente de Luz. Y nosotros también debemos trabajar de esta manera.
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