
Nuestra única meta es descubrir la Luz superior, la única fuerza que gobierna al mundo. Después de todo, todo lo demás son sólo los medios. Aparte de esto, no hay problemas en nuestra existencia porque cada momento y cada situación en nuestra vida está definida por nuestra contradicción con la Luz. Y entonces debemos relacionarnos con todo como los medios para descubrir la Luz. Algunos estados son más eficientes y otros menos. En cualquier caso, todo depende de si puedo aceptar la Luz correctamente y usarla. Ahora estamos afrontando un estado especial: la conexión por encima de muchos obstáculos y diferencias entre las partes de nuestra vasija espiritual colectiva. Esto fue hecho posible como un resultado de muchos grandes esfuerzos y el trabajo duro de nuestra división europea, así como de nuestros amigos de esos países, que se han reunido. Ningún estado en el mundo es más tenso, en el que como resultado de la crisis y todo lo que sucede en estos días, las discrepancias y diferencias entre los componentes de la vasija colectiva son tan grandes y los estados internos de cada parte son tan intensos. Pero al mismo tiempo, hemos realizado muchos esfuerzos para preparar esta convención, en la que representantes de naciones y países que son tan diferentes y tienen tantos conflictos internos y diferentes cuentas pendientes mutuas se reúnen para conectarse. En realidad aquí hay un “Monte Sinaí”- una montaña de odio mutuo, distancia, falta de entendimiento y la inhabilidad para aceptar el uno al otro. Después de todo, cada uno es un representante de una parte separada que actúa contra otra. Y queremos conectarnos por encima de todo eso. Tenemos una oportunidad especial que no existe en ningún otro lado, ni en ningún otro evento. En ningún lugar hay tal tensión como en la vasija colectiva que se reunirá en la convención europea. Por lo tanto, debemos prestar especial atención a eso a partir de todas esas diferencias, debemos sentir constantemente que nos conectamos por encima de ellas y queremos revelar el odio interno, la brecha interna entre nosotros. Todas permanecen y nosotros las entendemos, las sentimos y no la difuminamos. Están en turbulencia en el interior como un estofado hirviente en la estufa. Lo cubrimos con una tapa y no dejamos que explote o se enfríe. Por el contrario, constantemente queremos mantener ardiendo este fuego para que se vuelva una flama de amor. Esta es una de las sensaciones que debemos tener en la próxima convención europea. Aun cuando comparada con el tamaño de la convención de Israel será tal vez del 20% de la capacidad de la vasija colectiva, al observar la calidad, que en la espiritualidad determina el poder de la vasija, será más fuerte y más grande que todo lo que hemos tenido en el pasado. Tanto la distancia como los eventos que están sucediendo en el continente hacen de esta una ocasión muy especial. Por lo tanto, realmente esperamos que como resultado de nuestros esfuerzos, por encima de todas las diferencias, la falta de entendimiento y la distancia, seamos capaces de conectarnos. Tenemos ahora la oportunidad de elevarnos por encima de todas las diferencias, de “ asegurarnos” por encima de ellas y entonces de acuerdo a las diferencias entre los pueblos, las culturas y entre nosotros que estamos conectados el uno al otro sentiremos el poder de la vasija, en la cual habrá suficiente espacio para descubrir la Luz.
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