Baal HaSulam, "La Paz":
Y además de los golpes que sufrimos hoy en día, también debemos
considerar para el futuro la espada desenvainada. La conclusión correcta
debe sacarse de que la naturaleza, en última instancia, nos derrotará y
todos seremos obligados a unir esfuerzos en el cumplimiento de sus Mitzvot en la medida completa que se requiere de nosotros. Estamos en una fuerza llamada
“naturaleza”, la fuerza de otorgamiento. Nosotros somos la segunda
fuerza, la fuerza de la recepción. De acuerdo a su tamaño, nosotros
tenemos que mantener el equilibrio, la equivalencia de forma con la
fuerza de otorgamiento. A pesar de no conocer ni estar
familiarizados con la fuerza de otorgamiento, nosotros tenemos que
trabajar con el entorno. Si yo mantengo el equilibrio al dar y recibir
en este mundo, entonces quiere decir que todo está bien. Si quiero darle
al entorno más allá de lo necesario para mantener el balance, significa
que yo avanzo por el camino de “Yo lo aceleraré”, acelerando así mi
desarrollo. Entonces la fuerza de mi ego es evocada en mí más rápido que
en otros, y es como si me lanzara hacia adelante dejándolos atrás,
puesto que me siento atraído por la fuerza de otorgamiento. La fuerza de
recepción crecerá dentro de mí, acelerando de esta manera el
surgimiento de las Reshimot (genes espirituales) para que éstas puedan ser cumplidas. Por otro lado, si me retraso en el ritmo de evolución general del sistema de Maljut, es decir con respecto a la “congregación de Israel” y a la unidad, entonces yo siento presión. La Luz superior evoca que las Reshimot rotas quieran elevarse a la corrección. Si esta cadena de Reshimot
se desarrolla más rápido, entonces es bueno y si se desarrolla más
lentamente, entonces nosotros sentimos la Luz como algo malo. En conjunto, todo este sistema es llamado “este mundo”. En él existe Maljut,
la “congregación de Israel”, es decir aquellos que quieren corregirse y
alcanzar la conexión y también existen las “naciones del mundo”. Todo
está incluido aquí en Maljut. Esto es llamado el mundo. Pero es
difícil que yo trabaje con el mundo entero y por eso hay una pequeña
parte ante mí, el grupo, en el que cumplo con mis correcciones. El Creador, la Luz superior, tiene un
comienzo (0) y un final (100%). Nosotros no tenemos más opción que
alcanzar el final. La pregunta es cómo lo alcanzamos exactamente. Sólo
de eso se trata. Hemos atravesado tres fases de nuestra
evolución: inanimada, vegetativa y animada. Estas fases son esenciales y
nadie nos pidió nuestro consentimiento. Pero a partir del nivel “hablante”,
nosotros debemos ser conscientes y con nuestro propio consentimiento,
elevar una petición por la corrección (MAN) y no lo contrario.
Esto significa que la Luz superior nos presionará a cada paso del camino
hasta que nos volvamos por nosotros mismos hacia ella con nuestra
petición.
Es imposible avanzar por medio de los
sufrimientos. Por el contrario, estos nos obligan a estar quietos hasta
que se acumulen y cambien nuestra actitud frente a lo que está
sucediendo. Sólo entonces estaremos dispuestos a agachar nuestras
cabezas. En cualquier caso, sin la deficiencia
previa, no seremos capaces de atravesar la fase “hablante” en nuestra
evolución. Esto se debe a que esta fase requiere comprensión y
reconocimiento, lo cual sólo es posible si yo tengo una deficiencia por
ella. Sin embargo, en los niveles de inanimado, vegetativo, animado, yo
avancé, me desarrollé sin ninguna comprensión y reconocimiento.
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