Un golpe no es
una aclaración mental, sino un esfuerzo en nuestro corazón con el fin
de incorporarnos unos en los otros, con el fin de conectarme y dedicarme
a la sociedad para poder atraer la Luz que Reforma para los amigos; esto es lo que cada individuo debe hacer por todos.
Estamos en un círculo, si cada uno se anula y añade su deseo a ese círculo, entonces podemos construir una cierta zona de otorgamiento general, de deseo general, dentro del círculo. Cada uno se anula, se restringe en el nivel de la primera restricción (Tzimtzum Alef, TA), un Masaj (pantalla) y trata de estar en un estado de darles a todos. Resulta que construimos un corazón y mente común entre nosotros, lo
cual es similar al Creador. La fuerza de otorgamiento, la Luz, aparece
de acuerdo a la equivalencia de forma. Toda esta zona colectiva que está
llena de Luz es llamada el alma general porque la Luz que llena la
vasija es llamada un alma o la revelación del Creador. Este patrón continúa todo el camino. Existen 125 grados de mi ego:
del primer al 125 grado; yo los descubro uno por uno, restrinjo cada uno
en el nivel de la primera restricción, después el Masaj, un
estado de pequeñez, y después un estado de grandeza, mientras estoy
siendo incorporado en todos. Este es todo nuestro trabajo.
Así, al elevarme por encima de mi ego, construyo 125 grados de
ascenso, la entrada al corazón general colectivo, hacia todos. Entonces
éste se convierte para mí en el mundo de Ein Sof (Infinito), es decir, me lleno de la Luz de Ein Sof ¿Dónde lo descubro? En la conexión con
todos los amigos a los cuales se anexa más tarde toda la humanidad.
Detrás de cada uno de nosotros existen muchos otros millones de personas
que se unen a nosotros y se conectan a través de nosotros, quienes
estamos incorporados en la fuerza general colectiva que hemos formado.
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