En esencia, esto habla acerca de la
fuerza vital que actúa dentro de ellos. En el nivel básico del
inanimado, sólo constituye la necesidad compulsiva de mantener su
estructura. Entonces todo comienza de una simple polaridad, de “más” (+)
y “menos” (-), de un electrón y un protón, a los cuales se anexan otras
partículas, formando una completa “galaxia” dentro del átomo. Después los átomos construyen todo tipo
de fórmulas de materia inanimada: gases, líquidos, sólidos, plasma. En
el siguiente nivel se conectan en moléculas y en un momento en
particular se forma la vida dentro de la materia. Nosotros no entendemos cómo sucede esto.
Porque hasta ahora las partículas estaban conectadas unas con otras
“mecánicamente”, después súbitamente algo nuevo aparece entre ellas.
¿Qué es la vida? ¿Simplemente los
“saltos” de los electrones? No ¿Básicamente, de qué manera es diferente
la materia orgánica animada de la materia inerte del nivel inanimado? La
ciencia no sabe esto. Pero vemos que la fuerza vital, el metabolismo,
la reproducción, todo tipo de conexiones mutuas forman la memoria,
forman reacciones que producen las conexiones y la unicidad de todo tipo
de diferentes células. El origen de toda esta evolución sigue siendo un
misterio para nosotros. Nadie ha tenido éxito en crear el nivel
vegetativo o animado a partir del nivel inanimado. Pero en realidad, estamos hablando de la
fuerza vital, del deseo que actúa dentro de la materia. Esta se deriva
de la interacción espiritual de las Luces y las vasijas; esta es la
razón por la cual su aparición no puede explicarse en términos físicos.
Nosotros descubrimos e investigamos todo tipo de fenómenos pero no la
fuerza que los forma. De esta manera, el deseo de recibir es
la fuerza básica de la creación y nosotros sólo podemos atestiguar su
existencia. Vale la pena aceptar esto como un hecho para ser capaces de
descubrir y percibir más tarde el resto. Porque en suma somos criaturas
que nos percibimos en cierto tipo de realidad, en un momento particular
de nuestro desarrollo. Ciertamente hacemos preguntas, pero con el fin de
encontrar respuestas acerca de ellas, es necesario ir, ya sea al
principio de la creación, o a su final.
La persona es una parte pequeña y
limitada de la inmensa creación, y si queremos investigarla, primero
debemos crecer hasta alcanzar sus dimensiones, hasta la altura
requerida. Sólo entonces seremos capaces de comprenderla, absorberla, e
investigarla a través de análisis y síntesis. En general, la vida es Luz.
Pero descubrimos esto dentro de un deseo que nace dentro de nuestra
comprensión de los fenómenos en los niveles del inanimado, vegetativo,
animado y humano. En realidad, es uno solo, aun cuando en la “pantalla”
de nuestra consciencia vemos todo tipo de imágenes que son trazadas por
la Luz; aun cuando estas nos obligan a experimentar todo tipo de
emociones, todo esto tiene lugar dentro de nosotros y no en la realidad.
En la realidad sólo existen el deseo y la Luz que lo pone en
movimiento, en un grado mayor o menor. Si es en un grado mayor, entonces
uno está feliz y si es en un menor grado, entonces uno llora. Así es
como nos desarrollamos
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