Nosotros comenzaremos juntos a pasar por ellos, esto es llamado ser el pueblo de Israel en Egipto, donde un golpe sigue al otro y después nos elevaremos juntos por encima de ellos.
Las diez plagas de Egipto no ocurren lejos de nosotros, donde está el
Faraón, para que podamos observarlas desde la distancia y regocijarnos.
Esos golpes suceden dentro de nosotros, ¡nuestro Faraón personal las
experimenta! Entonces, hemos sido recompensados con el avance hacia el
estado final del grupo como una nación. Quien todavía no sienta la oscuridad debe estar preocupado, dado que esto significa que no trabaja lo suficiente en la conexión con el grupo y que aún le hace falta trabajo interior.
Él subconscientemente podría estar escapando del problema, manteniendo
su distancia, en vez de tocar un poco la verdad. La fuerza defensiva de
la persona está operando aquí, asustando a la persona y evitando que
entre al grupo y aclare las cosas. Si ella no tiene ningún deseo de “saltar hacia afuera de su cuerpo”,
significa que no fue recompensada con la presión del Creador que la
aprieta como una cereza para que salte la semilla ¿De qué otra manera
puede uno saltar hacia las aguas del Mar Rojo? Sólo de esta manera, bajo
presión, como en una cereza ¿Pueden imaginar qué gran presión es esta?. Si el mundo espiritual está por encima del mundo
corporal, es decir por encima de la vida y la muerte, ¡entonces yo debo
sentir que estoy listo para esta transición! Este cuerpo, esta vida con
todo lo que hay dentro de ella, no vale nada en comparación con el
mundo hacia el cual estoy mudándome. La cáscara que evita que avancemos puede romperse sólo por la fuerza del amor
y la preocupación mutua, sólo mediante el trabajo general junto con
todos. Si ustedes no sienten la preocupación general por la sociedad,
por la comunidad, por toda la comunidad global de Bnei Baruj, por el
mundo entero, no serán capaces de involucrarse en este proceso. Parte del grupo podría estar pasando ya por esto mientras ustedes
están al margen como si esto les pasara por un lado, y no lo escuchan,
no lo ven o lo sienten. Instintivamente, ignoran las dificultades y se
protegen, manteniéndose así a cierta distancia. Debemos estar involucrados en todo lo que atañe al grupo, a la
comunidad, a la sociedad global de Bnei Baruj, ser sensibles y estar
alertas a todas las preocupaciones y los cambios que todos
experimentan. Quienes no están activamente involucrados en este proceso
general son llamados “mujeres”, “niños”, “esclavos”, “ovejas y
cabras”. Esas categorías determinan todos los tipos de personas de
nuestro grupo global, quienes de alguna manera están conectadas con
nosotros, pero sólo externamente. Entonces, en correspondencia, sólo “600,000 almas” reciben la Torá
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