Generalmente una lección con la presentación de videos, imágenes, e
incluso descansos se extiende por un máximo de una hora, más que esto
haría difícil que las personas siguieran el hilo. Después de eso deben
internalizar el material que han aprendido. Después de la charla, viene el taller,
el cual debe incluir aquellas preguntas que se tocaron durante la charla
tal vez en una forma ligeramente diferente. Para que las internalicen,
todas las personas deben hablar de ellas con los amigos en los círculos.
Deben discutirlas, sentirlas en forma de preguntas, en forma de dudas,
en la forma de alguna dirección, intención,
para que las personas puedan llegar a esa opinión a la que los
queríamos llevar desde el principio, pero ahora a través de la discusión
con otros. Desde el principio nosotros podemos
decirle a la persona que incluso si no está de acuerdo con algo, ahora
debe dejar su desacuerdo en segundo lugar. Supongan que ella tiene
prejuicios previos de la sociedad
en la que ha sido educada y ha vivido. Debe poner esos prejuicios a un
lado, tratar, por el contrario, de ser un abogado de nuestra opinión,
convencer a todos los demás de que el futuro que ahora anhelamos es la
única forma correcta y posible, a partir de la condición presente en la
cual existimos ahora. Le damos tiempo para esto, algunos consejos y
continuamos con la discusión con este espíritu. Es decir, nosotros no estamos tratando
de llevar a los estudiantes a una discusión, sino de ponerlos en un
estado donde imaginen el mundo por venir, el siguiente estado, que
jueguen con este, lo protejan y convenzan a otros de que es correcto. A
través de la discusión la persona comenzará a ver que de forma gradual
que realmente está de acuerdo con este. Por lo tanto siempre dirigimos
al estudiante a no ser defensivo y ofrecer resistencia, a no discutir;
más bien, lo dirigimos con influencias positivas para elevarlo al estado
al que queremos llevarlo.
Pregunta: ¿Es posible usar el método integral para resolver problemas específicos?
Dr: Laitman
Cuando comencemos a usar el método integral, entonces los problemas
específicos se resolverán por sí mismos. Si llego a un colectivo donde
hay diferencias y problemas, yo no hablo de ellos en absoluto, no los
toco. De ninguna manera voy a despertar a la “bestia” que se sienta en
cada uno de ellos; porque un “fósforo” puede incendiar al mundo entero.
Este sería el enfoque equivocado. Sólo al despojarnos (quitarnos) todos
los problemas nos dirigiremos hacia nuestra conexión.
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