“Moisés” es un concepto. Sin embargo, en este caso, digamos que Moisés es una persona que ha alcanzado la conexión
con todas las partes de un alma que existe en la realidad. Esta ha sido
dividida en 600.000 partes y estas partes han sido divididas en
fracciones más pequeñas. Moisés es un atributo, un estado en el que se
incorporan todas las partes. En consecuencia, la persona que alcanza el nivel de Moisés puede vivir en una sola alma
y alcanza la conexión con el resto de partes de acuerdo a los
principios: “No hagas a tu amigo lo que es odioso para ti” (un justo),
“Ama a tu amigo como a ti mismo” (un justo completo). Por lo tanto,
ha cumplido el principio de “ama al Creador tu Señor”, el estado
perfecto. Por lo tanto se nos dice que Moisés es igual a todas las otras almas, al mundo entero. Por otro lado, sin embargo, se nos dice
que cada uno debe alcanzar el nivel de Moisés, dado que además de
pertenecer a un alma general, cada uno de nosotros tiene una chispa
privada, en esta chispa, tiene que incluir a todas las otras almas y
conectarlas en una sola alma. Todos pueden alcanzar el nivel de Moisés
y conectar a todos los que están a su alrededor. Co ello, la persona
alcanza toda el alma general. Ésta aparece como su alma; ella
simplemente la descubre desde su chispa, desde la raíz de su alma. Para mí, el proceso comienza con la
conexión con los demás. Hay personas con las cuales estoy conectado en
un estado llamado un grupo y están los demás, el mundo externo con el
que, por el momento, establezco una conexión externa. Pero con el
tiempo, yo me conecto con todos en uno y descubro la unidad. Pero la
descubro sobre la base de mis Reshimot (genes espirituales) en mi punto en el corazón
(•). Debido a ello, yo puedo ver el mundo. Sin importar cuán
fuertemente conecte a mí mismo la intención a fin de otorgar, aun así yo
soy el único que otorga. Mi percepción
permanece siempre subjetiva y no puedo ver el mundo a través de los
ojos de nadie más; en realidad no puedo investirme en alguien y sentir a
través de él lo que él siente. Estas son las leyes de la naturaleza. Yo descubro la suma (Σ) de todas las
vasijas (deseos) con base en mis atributos, que no desaparecen. Alguien
más también se conecta con el mundo entero, incluyéndome a mí y lo
descubre en sí mismo, con base en sus atributos. Los dos descubrimos el
mundo, cada uno desde su perspectiva. Posteriormente, después de conectarme
con todo el mundo, yo alcanzo mi final de la corrección particular.
Además, después de que todos alcancen este nivel, llega una fuerza
especial, la Luz que conecta todos nuestros estados privados completos
en un estado general completo, el final general de la corrección. Yo no sé lo que es; no sé si las
respuestas individuales desaparecen allí. Después de todo, ahora todas
las partes están corregidas y constituyen un solo cuerpo. Hay diferentes
suposiciones. Tal vez todas las células sean incorporadas unas en otras
de todas las maneras y se conviertan una vez más en el Partzuf de Adam HaRishón
(el primer hombre), en la forma en que estaba antes de la ruptura,
antes del pecado, sólo que ahora la intensidad de la conexión con el
Creador es de 620 veces mayor. Por lo tanto, tenemos la misma alma y
cada uno debe alcanzar el nivel de Moisés, que incluye a todas las
almas. No hay contradicción aquí. Cada alma está lista para absorber en su
interior las almas de Moisés, Aarón, Samuel, David y Salomón, a medida
que ustedes avanzan a través de períodos de desarrollo. Durante la
salida de Egipto y la recepción de la Torá, el alma de Moisés se revela
en ella. Nosotros hemos pasado por un período de corrección, a través del cual el alma colectiva ya fue corregida. Esta parte es llamada “los patriarcas”. Esta es la cabeza del Partzuf en el que todo es con el fin de otorgar. Luego está la parte que llamada “los
hijos”, la cual es imperfecta. Esta fue corregida durante el exilio en
Egipto, en el primero, en el segundo Templo, hay correcciones y
corrupciones en esta parte. La última parte, los últimos dos mil años,
no están corrige del todo y nosotros aún tenemos tiempo para alcanzar la
completa redención. Así que usamos el sistema general en el que está la parte corregida de los “antepasados” (HBD), la parte de los “hijos” (HGT) que está parcialmente corregida y nosotros, la generación del exilio, la “última generación”.
Todos nosotros estamos incorporados en
todos y toda la historia que hemos vivido opera en todas las
generaciones desde el estado de la generación previa. Es por eso que
existe el concepto de “el mérito de nuestros antepasados”, las vasijas
que esas almas ya han corregido. Por lo tanto hoy en día, nosotros
trabajamos en la incorporación y tenemos en qué confiar.
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