Una olla colectiva con llenado espiritual

Una de las mejores maneras para que las personas se conecten es un diálogo abierto en una mesa redonda. Las personas que se reúnen en las mesas durante mucho tiempo establecen una buena relación entre ellas y sienten que son atraídas unas hacia las otras. ¿Tienen ellas que estar conectadas en ciertos grupos?

Dr: Laitman Esto sucederá de manera natural. La reunión en la mesa redonda debe llevarse a cabo de acuerdo a ciertos principios, por supuesto. Está destinado inicialmente a que las personas se acerquen, a que se apoyen unas a otras, a aclarar juntos la verdad, y a tratar de averiguar no sólo la solución común, sino también la opinión común, el deseo común, la meta común, el entendimiento común y las aspiraciones comunes. Nadie suprime a los otros de ninguna manera, sólo los complementa. Al mismo tiempo, las personas que son totalmente diferentes, de repente comienzan a entender que la oposición durante la conexión crea un tercer factor, un atributo común que aparece en una intensidad totalmente sorprendente y por medio de la cual se pueden encontrar muchas soluciones posibles. Así que la mesa redonda es de hecho una herramienta para establecer una sociedad de comprensión mutua. Como resultado de este entrenamiento, las personas llegan a la conclusión de que es posible vivir juntos sin suprimirse unos a otros y que lo más importante es encontrar la manera de complementarse. Entonces, se crea una plataforma común, intermedia, que es el tercer factor, el siguiente nivel; se crea una especie de “plato” colectivo que los nutre a todos y del cual todos pueden recibir llenado. Por lo tanto, se crea una sociedad integral especial en la que todos están conectados entre sí, entienden las debilidades de cada uno, como en un respeto familiar y complementan estas debilidades. Resulta que a pesar de que fuimos creados totalmente diferentes, al ser opuestos unos de otros, descubrimos un integrante habitual en la conexión entre nosotros que, a pesar de lo que promediemos, es muy poderoso.