Estas son dos formas diferentes de deseo. Del grupo yo obtengo la necesidad de unidad, cohesión y del público externo, la necesidad del Creador. Sí, precisamente del Creador. Después de todo, yo no tengo necesidad
de Él y tampoco mis amigos. El punto en el corazón sólo nos dirige en
dirección a Él, pero no da ningún impulso real; no incrementa en
nosotros la “carne” del deseo; no forma una vasija vacía, hambrienta. Cuando nos unimos con los amigos,
no exigimos al Creador. Nada nos presiona ni nos insta a hacer eso.
¿Cuánto pueden nuestros propios deseos impulsarnos? Un poco más cada
vez, pero es una presión artificial. Cada uno es un buen muchacho, todos
tienen la razón; no hay tal deseo entre nosotros que nos obligue a
actuar sin salida. ¿Cuándo surgirá? Cuando las personas nos
obliguen a responder a sus necesidades, sean cuales sean. Nosotros
mismos nos encontraremos bajo presión; surge la necesidad de hacernos
cargo de ellos, de cuidar de ellos, ayudarlos y ahí es cuando
realmente necesitamos al Creador. Un deseo inevitable, irresistible
puede llegarle al ser creado sólo bajo la presión externa. Por eso no tenemos posibilidad alguna de
avanzar hacia el Creador, si no salimos hacia el mundo y nos ocupamos
de una gran audiencia. Incluso la necesidad de unirnos en el
grupo no se salvará sin la presión externa. De hecho, ¿por qué tenemos
que unirnos? Aquel que no quiere nada para sí mismo se siente bien en
una cabaña en un bosque, sin comodidades. Las vasijas de otorgamiento no
sienten la necesidad de unirse. Los puntos en sus corazones no buscan
esto por sí mismos. Pero ¿qué le traerán estos al Creador?
¿Qué tipo de vasijas de recepción son capaces de llevar a la corrección?
Resulta que en realidad nosotros no tenemos nada. Por otra parte, la unidad de las masas
tiene un enorme potencial de vasijas que aún no se han manifestado,
tanto materiales como espirituales especialmente. Es por eso que sólo bajo la presión externa se hace posible la conexión en el grupo, así como la preocupación por el público. Faraón
ayuda a los hijos de Israel a escapar de Egipto. Su ejército los
persigue, “amenazándolos”, obligándolos a entrar en el Mar Rojo y luego a
pararse en el Monte Sinaí. Ellos no están de acuerdo, pero después de
la ruptura de las primeras tablas, reciben la Torá y el proceso
continúa. No podemos prescindir de la presión
desde el exterior, esta es necesaria para nosotros. Sí, al unirnos entre
nosotros, podemos neutralizar un poco esta presión, pero no
completamente.
Pregunta:
¿Cada amigo debe conectarse con los deseos de afuera o es suficiente
con que el grupo mundial en su conjunto esté implicado en esto?
Dr: Laitman
Las dos cosas. Tanto el trabajo individual como el general son
necesarios en este caso en diversas formas. En primer lugar, tenemos que
reunirnos adentro a fin de entender cómo alcanzar a la audiencia afuera
y luego integrarnos con ésta para sentir nuevamente la necesidad de la
unidad interna. Entonces, tenemos que exigir la revelación del Creador
entre nosotros con el fin de darle placer al transferirle el llenado al Kli externo. Por lo tanto, nosotros tomaremos el
lugar del conductor, del “canal de transmisión”, del enlace de
transición y realizaremos nuestro destino.
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