Simplemente es necesario sentir cuánto la necesitamos. Mientras no tengamos una deficiencia por algo, no hay Kli; nosotros no estamos preparados para recibir el llenado deseado. El Creador está dispuesto a darnos
regalos en la medida en que nosotros los queramos. Él sólo exige una
cosa: que tengamos un deseo por ellos, de lo contrario no sentimos los
regalos. Si ustedes le traen a una persona un regalo que no necesita,
ella no sentirá ningún valor en este. Así que debemos alcanzar una deficiencia
y luego descubrir que el regalo que ya se encuentra, que está cerca de
nosotros, en el aire. Todo el espacio que nos rodea está lleno de
regalos; ustedes simplemente no los ven ni se imagina lo que está
sucediendo aquí. Todo ya se encuentra, sólo necesitan una deficiencia. Es como si yo me quitara las gafas y no
viera nada en frente de mí. ¿Cómo es posible darle algún tipo de regalo a
una persona así? La Luz superior se encuentra en absoluto reposo, pero
el regalo se revela en el deseo apropiado para la Luz. Preparen su deseo
y el regalo se revelará. No hay necesidad de pedirle al Creador:
“¡Dame, dame!” En el momento en que yo empiezo a preparar mi
deficiencia, descubro que no estoy listo para hacer esto, entonces le
pido al Creador: “Ayúdame a moldear mi deseo para el regalo que Tú has
preparado para mí”. El Creador les ayudará. Pero mientras no haya formado el deseo,
yo no sentiré el regalo. El deseo debe coincidir exactamente con el
regalo, con la Luz. La redención no vendrá mientras yo no tenga un deseo
completo, una necesidad por el Creador, por el Rey del mundo, mientras
no haya sensación de exilio. ¡La separación del Creador es la muerte
para mí! Él debe descubrirse en mi mundo; de lo contrario, no seré capaz
de conseguir lo que tanto necesito. Si yo no tengo esta sensación de exilio,
entonces, ¿cómo puede venir la redención? ¿Cómo puede revelarse el
regalo si no tengo una necesidad por él? Tengo que sentir que estoy
anhelando otorgar y que no estoy preparado para alcanzar esto, de tal
manera que soy obligado a que el Creador tenga que sálvame, a revelar Su
grandeza. Yo no necesito Su revelación, de lo
contrario empezaría a disfrutar de Él de manera egoísta; en vez de ello,
necesito la sensación de Su grandeza. ¡Esto es todo lo que pido! Así
como es importante para mí ir de vacaciones o relajarme en la playa
ahora, tengo que pensar constantemente en el otorgamiento y entender que
para lograrlo necesito la grandeza del Creador. Mi deseo necesita recibir una forma que
se acomode a la revelación del Creador. Yo quiero otorgarle al Creador,
sentir dentro de mi deseo cómo le otorgo a Él, que Él disfruta de mí y
de esta forma me otorga. Así estamos juntos con Él en esta intención,
en la adhesión uno con el otro, en otorgamiento mutuo. No hace ninguna diferencia quien otorgue
y quien reciba. El Creador da y yo doy; Él otorga y yo otorgar, ambos
somos iguales. No importante quién sea primero y quién último, si hay
amor entre nosotros, nuestras acciones son completamente iguales. El
hecho de que Él sea el Creador y yo la criatura pierde todo significado.
¿Es menos importante el niño para su madre de lo importante que es ella
para sí misma?
Pregunta: ¿Se deduce que el Creador también recibe?
Dr: Laitman
El Creador obtiene placer de mí. Pero, ¿dónde disfruta Él si no tiene
ningún deseo de recibir? ¡Él disfruta mis deseos! Es como una madre que
disfruta de su bebé, ya que las cosas le funcionan bien a él. Su placer
se encuentra en el niño. Ahora podemos entender cuán grande es
nuestro deseo de placer. Dentro de él ya está el deseo de otorgarle al
superior, así que todo empieza y termina con nuestro deseo.
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