Es decir que el Creador no opera, no trabaja o no los maneja a ustedes, debido a que Él los haya olvidado,
“porque a aquel que se ha desviado no se lo marginará”. Cada rueda gira para llegar a la santidad, a su raíz, Por lo tanto, aunque nos parece
que el caballo lleva al jinete por medio de su deseo básico, la verdad
no es así. Es el jinete quien conduce al caballo al destino de él.
Debido al ocultamiento, nosotros
olvidamos, no entendemos, ni sentimos el liderazgo de la fuerza
superior. Pensamos que operamos de acuerdo a nuestro propio deseo y que
somos nosotros los que cometemos errores, pero no hay que pensar así.
Nosotros no hacemos nada y todo es la obra del Creador. Pero debido a
que no hemos hecho los suficientes esfuerzos previos a la revelación del
Creador, Él tiene que darnos más medios para poder revelarlo, es decir
aumentar el ocultamiento en el siguiente nivel. El Creador desea que lo revelemos a Él,
de tal forma que nos empuja constantemente a esta revelación de acuerdo a
nuestro estado. Incrementa el ocultamiento a fin de ayudarnos a
revelarlo a Él. Si estamos preparados para la revelación, para la
comprensión y la sensación, el Creador disminuye un poco el
ocultamiento, viendo que de esta manera lo alcanzaremos más rápido.
El jinete lleva al caballo a su destino,
en todos y cada uno de los casos. Si la persona dice que ha cometido un
error y que ha causado un daño, esta una ilusión ingenua. Nosotros
tenemos que decir que todo lo que ocurrió en el pasado lo hizo el
Creador y sólo en relación al futuro podemos decir: “Si no lo hago por
mí mismo, quién lo hará por mí” No debemos lamentarnos por el pasado
como si se tratara de algo que nosotros hicimos. Sólo deberíamos
lamentarnos por el hecho de que el Creador ha arreglado las cosas de
esta manera para mí, de tal forma que yo no pueda adherirme a Él en ese
punto.
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