Diez días después de Rosh HaShaná viene Yom Kippur.
Durante Rosh HaShaná, el hombre despierta, quiere volverse como el Creador para adquirir la cualidad de otorgamiento. Al aspirar a ser similar al Creador, se siente a sí mismo cada vez más y al décimo día llega al estado en el que ve que es egoísta, totalmente opuesto al Creador.
Yom Kippur o Día del Juicio es la revelación de nuestra naturaleza malvada, el día en que el hombre se juzga a sí mismo.
Correctamente, comienza a percibirse como egoísta, bajo el gobierno de las fuerzas que actúan sobre él y no puede hacerles frente. En principio, ni siquiera es su culpa, pero así es. Y así debe sentirse.
Por supuesto, nadie lo juzga ni siquiera el Creador, que lo puso en esa situación. Esta es la conciencia que debe tener de su estado espiritual.
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