Durante Rosh HaShaná exaltamos al Creador porque la primera y más importante tarea del hombre es revelar al Creador y conectarse con Él.
Por eso, exaltar al Creador y revelarlo como la fuerza más importante que influye en todo lo que existe es el Año Nuevo. Todas las costumbres de esta fiesta se derivan de sus diversas manifestaciones particulares.
Comemos una manzana porque representa la manzana del jardín del Edén y la mojamos en miel para mostrar que queremos corregir ese pecado.
Otro símbolo del Año Nuevo es la granada, porque sus semillas simbolizan partes de nuestra alma. Tiene 613 partes que queremos corregir, se llama observar los mandamientos.
En el año nuevo comemos cabeza de pescado. Significa que queremos ser la cabeza, no el cuerpo, para manejar nuestra propia corrección y al mismo tiempo traer bondad, amor y buena conexión a todas las partes del universo.
Pregunta: ¿Podemos decir que cada vez que estoy consciente del Creador siento el Año Nuevo?
Respuesta: Sí. Cuando inicias tu conexión con el Creador, se llama Año Nuevo. Y, puede suceder todos los días. Todas las fiestas judías simbolizan estados espirituales que experimenta el hombre.
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