Por supuesto. Incluso aunque supuestamente yo mismo quiero revelarlo, también quiere decir que Él me está forzando.
Pero ¿por qué lo necesito? De pronto, en la mitad de mi vida, comienzo a querer revelar al Creador. Es raro. Por lo general, todos quiere hacer algo en nuestro mundo por sí mismos, organizar todo normalmente para ellos mismos. Este es nuestro ego animal habitual.
Sin embargo, de pronto el egoísmo comienza a demandar algo antinatural -alcanzar la fuerza superior. Vemos que un deseo así por el Creador despierta sólo en un pequeño número de personas. No es ni siquiera el 10% de la población mundial el que despierta, literalmente es un puñado.
Por eso los que sienten el deseo de revelar al Creador, sienten que de alguna manera, son especiales, aunque no está claro si es para bien o para mal. Pierden un poco el sabor a la vida, revalúan sus valores y no saben qué hacer con ellos mismos.
Si la ciencia de la Cabalá se revela en ese punto, es como un salvavidas para alguien que se está ahogando, que puede comprender y gradualmente comenzar a revelar dónde está y qué es, cuando todo es incomprensible, oculto, atractivo y al mismo tiempo un objetivo inalcanzable.
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