
La convención en América apenas terminó y ahora nosotros debemos estar preparando la siguiente convención la cual se llevará a cabo en Moscú, en verano. Nosotros no tenemos tiempo para estar deprimidos y después pensar acerca de cómo saldré del descenso. Y no tenemos ningún derecho de hacer esto. Supongamos que me enferme de gripa, pero tengo un bebe el cual también está enfermo. ¿En qué pensaré: en mi enfermedad o en la de mi bebe? Obviamente, yo haré todo lo que esté en mi manos para que se mejore. Y nosotros ¡estamos en la misma situación! Ahora estamos enfrentando un problema más serio, entonces ¿podemos realmente permitirnos estar deprimidos? No hay tiempo para esto. ¡Solo nos quedan dos meses para prepararnos! Después de todo el tiempo se comprimirá cada vez más y tenemos que prepararnos para esto, ahora. ¡Punto! Pero aquí estás, diciéndome que hoy estás experimentando un tipo de depresión, como si estuvieras en la niebla. ¡¿De qué estás hablando?! Nosotros no tenemos ni un momento para enfriarnos. Exactamente después de la convención yo viajé de New York a Toronto, y ya comencé a pensar en el siguiente. Nuestro trabajo es simple: fortalecer la conexión entre nosotros hasta que su contenido interno, nuestro otorgamiento mutuo de unos a otros se vuelva idéntico al otorgamiento del Creador, completamente equivalente e igual en tamaño y cualidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.