Así, todo comienza por el “ápice de la letra Yud”, “existencia a partir de existencia”, el Pensamiento de Creación, Su pensamiento. Entonces, comienza a trabajar, y las etapas uno, dos, tres, y cuatro salen a la luz o Yud, Key, Vav, Key, hasta que llegamos a la cuarta fase, Dalet que en este punto se experimenta a sí misma como existente.

Una división similar puede ser observada más tarde en todos los objetos espirituales, en los Partzufim, en los mundos. Los primeros tres grados (GAR) le conciernen al pensamiento o el programa del superior. ZAT (Zeir Anpin y Maljut) se refieren al inferior, a la criatura, donde ZA sirve como adaptador entre superior e inferior. El superior es Keter. Su propiedad de otorgamiento es Jojma (Sabiduría). La forma en la cual Él desea otorgar es Bina. La forma en la cual Él se relaciona con el inferior es Zeir Anpin. Esta es una relación multidimensional: Jesed, Guevura, Tifferet, Netzaj, Jod, Yesod, Maljut. Con respecto a Maljut, esta es materia que absorbe todas las formas previas ya que quiere conocerlas y construirlas dentro de sí para ganar la forma de las fases precedentes. Así, Maljut implementa este acto internamente. Por lo tanto, necesita experimentar todas las fases previas, recibir una impresión de ellas, ajustarse, y desarrollar el deseo de ser como ellas. De esa manera, en respuesta, crea una conexión idéntica a la raíz, llegando a ser la raíz misma. La criatura no puede desplegarse hasta que las cuatro fases la han precedido. Es sólo en la última fase de desarrollo, Dalet, en la cual tengo tanto el deseo, como la intención (es decir que todo viene de mí), de aquí en adelante, podemos hablar de la criatura. Hasta entonces, existen sólo propiedades del Creador mediante las cuales Él edifica la creación.
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