El dinero no puede comprar la felicidad

(Robert Skidelsky, miembro de la Cámara de Caballeros Británica, profesor Emérito de Economía Política de la universidad de Warwick, english.aljazeera.net): “La civilización occidental está cada vez mas insatisfecha, cargada con un sistema de incentivos que son esenciales para acumular bienes, pero que socavan nuestra capacidad de disfrutarlos. El Capitalismo puede estar muy cerca de la extinción de su potencial de crear una mejor vida, al menos en los países más ricos del mundo, “La obtención de recursos materiales puede que continúe, aunque la evidencia muestra que ellos ya no hacen felices a las personas, “Esto no es denigrar el capitalismo. El sistema capitalista fue, y es un magnífico sistema para superar la escasez. Organizando la producción eficientemente, y dirigiéndose hacia la búsqueda del bienestar en lugar del poder, ha sacado a gran parte del mundo de la pobreza, ¿Pero qué sucede con cierto sistema cuando la escasez se ha tornado abundante? ¿Simplemente va y produce más de lo mismo, estimulando apetitos hastiados con nuevos aparatos, sensaciones y emociones? ¿Cuánto más puede continuar esto? , “Esto inspira la manera Americana de vivir, donde el dinero siempre habla. El final del capitalismo significa simplemente el final de la necesidad de escuchar al dinero. Las personas podrían comenzar a disfrutar de lo que tienen, en lugar de querer siempre más, “Los servicios financieros podrían reducirse, porque el rico no siempre quisiera hacerse más rico, “La deshonra de la codicia es más probable en aquellos países donde los ciudadanos ya tienen más de lo que necesitan. E incluso allí, muchas personas aún tienen menos de lo que necesitan. La evidencia sugiere que las economías deben ser más estables y los ciudadanos más felices si los recursos materiales y las ganancias monetarias estuvieran mejor distribuidas”.

Mi comentario: Nadie predice que nuestra naturaleza, el egoísmo, no se desarrollara para siempre y de repente, por primera vez en la historia, comenzará a cambiar y a convertirse de egoísmo individual en un egoísmo general, integral y globalmente dependiente, y las personas podrían sentir vacío en la satisfacción del pasado egoísmo individual. Aquellos que aún se precipitan por la fórmula dinero = felicidad se darán cuenta rápidamente que el método previo de lograr esta “felicidad” no funciona porque el mundo se ha vuelto global e integral.