
Todo lo que deseamos alcanzar más allá de nuestra naturaleza, al tratar de entender, percibir, e impresionarnos por la espiritualidad, lo alcanzamos sólo con la ayuda de la Luz. Además, todos los cambios en nuestro mundo corporal, en nuestros estados sólo suceden a través de la Luz que brilla cada vez más fuerte. Pero sigue brillando cada vez más fuerte porque seguimos creciendo en nuestro deseo egoísta. Los nuevos deseos continúan desarrollándose en mí y esto sucede en el transcurso de toda mi vida, así como de una generación a otra. Y aun cuando la Luz es constante, cada vez brilla sobre un deseo más grande. Como resultado de esto, siento cambios más grandes en mí. En nuestro mundo, nos desarrollamos también de esta manera, aun cuando no percibimos la Luz aquí. Como dicen los cabalistas, lo mismo sucede en la espiritualidad. Cuando alcanzamos la revelación, simplemente revelamos el mismo proceso de desarrollo por el que pasamos ahora. La Luz brilla constantemente, como está escrito: “Yo no he cambiado mi HaVaYaH“, “La Luz superior existe en reposo absoluto”, pero nuestras Reshimot (los genes de información) cambian constantemente en nosotros, desentrañándose como en una cadena. Todo el tiempo surgen Reshimot más grandes que estas, elevándose de nuevo en el mismo orden en que se han propagado de arriba hacia abajo. Pero si así son las cosas, ¿dónde está mi participación? ¿Continuaré reencarnando de la misma manera en que me estoy desarrollando hasta ahora, en el transcurso de miles de años? No. Los cabalistas dicen que esta etapa ha terminado. Si has recibido un deseo de desarrollarte internamente, debes usarlo de una manera diferente ¿Cómo? Aceleras tu desarrollo, participar personalmente en este. Comienzas a entender y a comprender qué está sucediendo, controlas tu desarrollo. El desarrollo ya no sucederá sin ti. Hasta ahora te desarrollaste a través de las Reshimot que se reemplazaron una a la otra, desplegándose como una cadena. De esta manera has finalizado tu desarrollo en los niveles inanimado, vegetativo y animado. Todos esos estados fueron realizados en la naturaleza en común: en todo el universo, en la superficie del planeta Tierra y en toda la humanidad, que también ha pasado por los niveles de desarrollo inanimado, vegetativo y animado. Pero ahora ha llegado el momento de realizar el grado humano y ya no puede continuar de esta manera. La diferencia entre el grado humano y el animado es la consciencia de la vida: “¿Para qué estoy viviendo? ¿Qué me está sucediendo?” Esto sólo es posible cuando el hombre realiza su propio trabajo todo el tiempo, haciendo un esfuerzo. A través de su esfuerzo, llega a un alcance cualitativo de la realidad en la que existe: Para qué vive, porqué y con qué propósito. Cuando todos esos alcances se le revelan al hombre, son llamados el “mundo espiritual” o el “mundo superior”. Y entonces percibimos dónde estamos realmente, qué tipo de sistema se revela ante nosotros y cómo nos controla. Participamos en nuestra vida y existencia en un nivel diferente, en el mundo superior. La Luz existe en reposo absoluto. Las Reshimot se revelan más y más cada vez. Pero si no realizo apropiadamente la conexión entre las Reshimot y la Luz, sufro por la falta de correspondencia de cualidades. Así esto me obliga a buscar una solución y esto es exactamente lo que está sucediendo con toda la humanidad. Y la solución consiste en encontrar una fórmula para volverse como la Luz. Volverse como la Luz significa alcanzar la cualidad de otorgamiento ¿Cómo podemos querer alcanzarla? Con la ayuda del grupo. Y realizamos este deseo a través de la Luz. Es por esto que cuando leemos El Zohar, debemos pensar en las acciones de la Luz sobre nosotros: debe conectarnos, realizar las Reshimot, elevarnos a un nivel más alto, conectarnos más entre nosotros y revelar lo oculto. Debemos pedir todo lo que deseamos durante la lección. Naturalmente, cada persona debe examinar hasta qué grado sus deseos están dirigidos en la misma trayectoria de la Luz. De otra manera, podría pedir algo que es opuesto a lo que la Luz está a punto de darle. Y entonces su petición, su plegaria, lo llevará a un estado opuesto: a la revelación del mal en lugar del bien. Entonces pensemos juntos acerca de nuestra conexión y que la Luz nos influya y nos conecte, y ahí alcanzaremos la cualidad de otorgamiento mutuo, el cual ya es un grado espiritual. No importa lo que leamos en El Zohar. Lo que importa es lo que pensamos juntos acerca de las acciones de la Luz sobre nosotros. No piensen en nosotros, sino en las acciones de la Luz, las cuales lleva a cabo ella sobre nosotros.
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