¿Si los patriarcas fueron corregidos y los hijos alcanzaron la garantía mutua, para quienes fue entregada la Torá, el método? ¿Para quién está destinada, para Israel o para las naciones del mundo?
Rav: La Torá fue sin ninguna duda destinada a las naciones del mundo. Esta dice que el Creador acudió a setenta naciones y les ofreció la Torá, pero ninguno de esos deseos egoístas, los que no tienen la chispa espiritual, que no son capaces de corregirse al mantenerse en contacto con la Luz y que no pueden corresponder correctamente con ella, fueron capaces de recibirla. La “materia” del deseo de recibir no puede entender el proceso de ascenso y el cambio que trajo la Luz si no tiene esa chispa. Entonces, ¿Cómo puede ser insertada la chispa? Para eso, existe otro sistema llamado “el pueblo de Israel”, sin el cual es imposible acudir al deseo egoísta y comenzar a trabajar con este. Incluso miles de millones de años de evolución no ayudarán si no hay una chispa de la Luz dentro del ego. Los niveles inanimado, vegetativo y animado de la naturaleza no pueden elevarse; existen tipos de deseos que no pueden hacerlo. Sin embargo, existe un tipo de deseo Israel, que desea ser Yashar El (directo al Creador). El mundo entero reconoce el hecho de que éste es diferente y lo odia sin saber siquiera por qué. Los hijos de Israel, en su momento, descubren que son diferentes, aun cuando tratan de ser como todos los demás. Existen incluso aquellos que creen que esta es otra raza y existe un grano de verdad en esta suposición, aun cuando lo es en un nivel diferente. Toda nuestra historia prueba que hay algo especial aquí, un fenómeno natural especial. En correspondencia, el odio que las naciones del mundo sienten es también un fenómeno natural y no hay nada que podamos hacer al respecto. Incluso aquellos que nunca han tenido contacto con los judíos los odian. Esto viene del interior. Incluso una persona que nunca ha escuchado de la causa de su repulsión siente que esto es diferente. Este odio está enraizado en las religiones, el cual sólo acelera el proceso al enfatizar externamente la diferencia entre los grupos. Todo ello surge de la diferencia entre el deseo general de recibir y la parte en la cual se viste la Luz, la cual debe ser el enlace para los otros. Este es su único papel. Por lo tanto, como está escrito, “El Señor tu Dios te ha elegido”. Haz lo que quieras, Él te elige, y se acabó. No importa cómo consideres tu misión, la cumplirás de todas maneras porque es Su elección. No hay nada especial en ti, sino simplemente eso, tras la división en el “pueblo de Israel” y las “naciones del mundo”, cada uno tiene su papel, su trabajo, su libre albedrío. Todo esto está predeterminado desde Arriba y nadie es mejor que otro. Entonces, los hijos de Israel deben enseñar el método de corrección a otros. Realmente, ¿De qué otra manera puedes traer contento al Creador si Él inicialmente acudió a las naciones del mundo? El Creador quiere corregir el deseo básico de recibir, pero Él tiene que construir un sistema a través del cual irá todo el proceso. Por lo tanto, Israel es el sistema, entonces haz lo que tienes que hacer. Por supuesto, este gran deseo de recibir tiene que ser revelado en las vasijas de las naciones del mundo, pero no debe haber diferencia entre nosotros y ellos, ya que es una vasija, completa. Eventualmente, todo se revela en la vasija colectiva al conectarse todas sus partes. Como está escrito, “Él es Uno y su nombre es Uno”. En la vasija general, todo se vuelve “pleno”, inseparable.
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