La opinión de: Dorothy Law Nolte, PhD Escritora americana y consejera familiar.
Si los niños viven con críticas, aprenden a condenar.
Si los niños viven con hostilidad, aprenden a pelear.
Si los niños viven con temor, aprenden a ser aprensivos.
Si los niños viven con lastima, aprenden a sentir pena por sí mismos.
Si los niños viven con burlas, aprenden a ser tímidos.
Si los niños viven con celos, aprenden a sentir envidia.
Si los niños viven con vergüenza, aprenden a sentir culpa.
Si los niños viven con ánimo, aprenden la confianza.
Si los niños viven con tolerancia, aprenden la paciencia.
Si los niños viven con elogios, aprenden la apreciación.
Si los niños viven con aceptación, aprenden a amar.
Si los niños viven con aprobación, aprenden a quererse a sí mismos.
Si los niños viven con reconocimiento, aprender que es bueno tener una meta.
Si los niños viven con el compartir, aprenden la generosidad.
Si los niños viven con honestidad, aprenden la veracidad.
Si los niños viven en equidad, aprenden la justicia.
Si los niños viven con amabilidad y consideración, aprenden el respeto.
Si los niños viven con seguridad, aprenden a tener fe en ellos mismos y en aquellos que están relacionados con ellos.
Si los niños viven con amistad, aprenden que el mundo es un lindo lugar para vivir.
Si los niños viven con críticas, aprenden a condenar.
Si los niños viven con hostilidad, aprenden a pelear.
Si los niños viven con temor, aprenden a ser aprensivos.
Si los niños viven con lastima, aprenden a sentir pena por sí mismos.
Si los niños viven con burlas, aprenden a ser tímidos.
Si los niños viven con celos, aprenden a sentir envidia.
Si los niños viven con vergüenza, aprenden a sentir culpa.
Si los niños viven con ánimo, aprenden la confianza.
Si los niños viven con tolerancia, aprenden la paciencia.
Si los niños viven con elogios, aprenden la apreciación.
Si los niños viven con aceptación, aprenden a amar.
Si los niños viven con aprobación, aprenden a quererse a sí mismos.
Si los niños viven con reconocimiento, aprender que es bueno tener una meta.
Si los niños viven con el compartir, aprenden la generosidad.
Si los niños viven con honestidad, aprenden la veracidad.
Si los niños viven en equidad, aprenden la justicia.
Si los niños viven con amabilidad y consideración, aprenden el respeto.
Si los niños viven con seguridad, aprenden a tener fe en ellos mismos y en aquellos que están relacionados con ellos.
Si los niños viven con amistad, aprenden que el mundo es un lindo lugar para vivir.
Dr. Laitman Todas las investigaciones actuales confirman las conclusiones de cientos de años de la Cabalá, que la formación de la persona es determinada completamente por el entorno, por el entorno en el que ella crece.
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