Respuesta: Es correcto. La
persona debe comprobarse constantemente a sí misma.
Baal
HaSulam escribe acerca de ello en el artículo, “Ocultamiento y revelación del rostro del Creador“: uno
reza y da caridad por los problemas propios, pero estos no son respondidos en
absoluto. La persona comprueba
y ve que no tiene éxito en nada. Sin embargo, ella todavía está conectada con el
Creador, puesto que de lo contrario no le oraría a Él, ni daría
caridad. Y
precisamente cuando uno deja de rezar por los propios problemas, obtiene una
respuesta. Cada vez que se sobrepone, que cree en la Providencia y que mejora
sus actos, la suerte le da la espalda y vuelve a caer sin
piedad. La persona puede
averiguar seriamente, tratar de hacerlo todo de la manera correcta y ver
resultados opuestos. Este estado es llamado “doble ocultamiento”. Y cuando
ella se niega y comienza a empeorar sus obras, obtiene un gran éxito y alivio en
gran medida. Uno no encuentra aquello que lo sostiene de manera
adecuada. La persona puede
avanzar por caminos sinuosos y estar rodeada de criminales exitosos. Entonces,
el buen entorno le parece un entorno pobre, estúpido y privativo. Cuando la
Providencia dispone las cosas de esta manera para la persona, esto es llamado
“ocultamiento dentro del ocultamiento”. Sin embargo, ella lo
entiende y es consciente de lo que está pasando. Así que, después de todas las
averiguaciones e intentos, la persona misma determina con claridad y precisión
en que ocultamiento se encuentra con respecto al Creador: si se trata de un
ocultamiento simple o de un ocultamiento doble. Debemos hacer esto
cada minuto y en cada situación. Es posible hacerlo. Baal HaSulam nos
da instrucciones claras sobre cómo llegar al estado real, a la verdadera
conexión con el Creador. Cuando la
Providencia dispone las cosas de esta manera para la persona, esto es llamado
“ocultamiento dentro del ocultamiento”. Esto se debe a que entonces, uno colapsa
bajo el propio peso y no puede seguir fortaleciendo la creencia de que los
dolores propios provienen del Creador, por alguna razón oculta. Finalmente uno
falla, no se vuelve hereje, y dice que el Creador no está velando por Sus
creaciones en absoluto. Esto ni siquiera es
doble ocultamiento puesto que el Creador está totalmente ausente de la imagen
del mundo. Y todo lo
que ocurre, sucede por causa del destino y de la naturaleza ciega. Esto no es
ver siquiera la parte posterior. Por lo tanto, en el
momento en que me despierto, yo inmediatamente comienzo a observarme a mí mismo
y el estado en el que me encuentro. Claramente, uno puede decir un par de
bendiciones automáticamente o cantar una canción, pero, en general, la medida no
deben ser las melodías o las bendiciones que otras personas hayan compuesto,
sino las mías. Así, yo entiendo
gradualmente que, al final, todo depende de la influencia del entorno. Entonces,
yo descubro que tengo que someterme al entorno porque éste me jala por medio del
ocultamiento doble y del ocultamiento simple hacia la revelación del Creador.
Sólo el sometimiento propio ante el grupo me trae la Luz que
Reforma.
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