Últimamente he perdido todo
el interés y el deseo por lo espiritual. Me distancié del grupo, pero el grupo
no se olvidó de mí y continuó atendiéndome con amor constante. Por eso, a pesar
de todo, decidí venir a la convención de Roma, e hice un enorme esfuerzo para
ello. Y aquí, ahora siento vergüenza ante mis amigos que una vez más me han
tomado en sus brazos, y me han permitido experimentado su amor con nuevas
fuerzas durante estos dos días. Pero, ¿qué tengo que hacer para asegurarme que
no tomaré distancia nuevamente después del congreso? Estoy muy preocupado por
esto.
Rav: Siento mucho todo lo
que has experimentado. Pero no hay otro camino sino aceptar que todo proviene de
una sola fuente y nosotros tenemos que estar agradecidos por ambas cosas, tanto
por las malas como por las buenas. Estoy muy agradecido con tus amigos que
trabajaron tan duro que fueron capaces de traerte de regreso. Espero que de
ahora en adelante, todos ustedes sólo vean bondad, misericordia, amor y la
calidez que les espera. Pero aun así, sin
importar lo que pase, tienes que mantenerte en el grupo con todas tus fuerzas,
porque este es el chaleco salvavidas que ha sido arrojado al mar para los que
están ahogándose. No tenemos nada más de que agarrarnos. Y créanme, ustedes
verán a todo el país aferrarse al grupo de ustedes como si se tratara de un
chaleco salvavidas. Así que fortalezcanse, ayúdense unos a otros y continúen.
¡Les deseo éxito!
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