Durante nuestro taller de actuación, yo aún tengo la sensación de que esto no es serio. Es claro para mi ego que todo es un juego. ¿Cómo puedo realmente ser incorporado en este juego?

Busca la respuesta por ti mismo y tratar de examinarte y comprenderte mejor a ti mismo. No esperes algún consejo de mi parte, la respuesta vendrá sólo como resultado de tus esfuerzos. De esta manera comenzarás a entender que debes aclarar por medio de tus acciones. Con cada acción que realices, te volverás más sabio, como se nos dice: “No hay nadie más sabio que el experimentado”. Finalmente, el aturdimiento se convertirá en una actitud seria. Más tarde te darás cuenta de que esto no es un juego, sino un entrenamiento real. Digamos que estoy entrenándome para un maratón importante con la intención de participar en los Juegos Olímpicos. Mientras tanto tenemos competiciones preolímpicas en nuestro país. Estos no son realmente los juegos, sino sólo los Juegos Preolímpicos. ¡Sin embargo, si yo no paso por estos juegos, no iré a ninguna parte! Si yo no logro buenos resultados en estos juegos, no seré capaz de participar en los Juegos Olímpicos. Esto no es exacto, pero aun así es un ejemplo de lo que estamos haciendo ahora. ¡Para nosotros, sin embargo, el juego y la realización son la misma cosa! Cuando nos acerquemos al llenado real, de repente veremos que lo que pensamos que era un simple juego era todo real. Con este juego nosotros atraemos la Luz que Reforma. Esto es llamado desde Lo Lishmá (no en Su nombre) alcanzamos Lishma (en Su nombre). El significado de Lo Lishmá es que yo no merezco la Luz, pero aun así ésta llega a mí gracias a mi participación en el juego. Esta participación no sólo son mis acciones reales, sino el hecho de que sienta que este es un medio serio. Mis acciones atraen la Luz y yo hago todo lo que esté en mi poder, de manera seria, para que la Luz me impresione. De lo contrario, no funcionarán.

Pregunta: ¿Así que tengo yo que luchar contra lo que me impide ser incorporado seriamente en este juego?

Dr:Laitman Es tu verdadera inclinación al mal la que te confunde: “No te preocupes, no lo intentes, sólo es un juego”. Aquí es donde se esconde la verdadera serpiente, mira cuán astutamente opera. ¡Sinceramente les deseo la victoria en este juego!