Baal HaSulam, “Matan Torá”
(La entrega de la Torá), ítem 7: Aquel que come y disfruta del trabajo
de su amigo está temeroso de mirarlo a la cara porque al hacerlo se
siente cada vez más humillado hasta perder su forma humana. Y debido a
que lo que se extiende desde Su completitud no puede ser deficiente, Él
nos dio espacio para ganarnos la exaltación por nosotros mismos, a
través de nuestro trabajo en Torá y Mitzvot. La
creación es opuesta al Creador en su atributo interno, en el deseo
egoísta de “Yo gobernaré”. Lo único que puede permanecer opuesto es la
vergüenza que surge del defecto en su propio “yo”. De hecho, estos dos discernimientos se funden en uno y esto es más que suficiente para llevar al ser creado hacia la corrección.
Esto se debe a que la persona está dispuesta a hacer cualquier cosa con
tal de no tener que sentir el defecto de la vergüenza en su deseo de
recibir. Podemos permanecer en la vergüenza sólo
si es posible cubrir el deseo de recibir para que en realidad éste no
se vea afectado. Aunque el deseo de recibir pueda lesionarse en los
primeros niveles, nosotros no podemos aceptar esto en el cuarto nivel,
puesto que entonces éste inmediatamente obliga a la persona a poner fin a
la situación actual y a poner fin a la sensación de vergüenza
inmediatamente en todos los sentidos que pueda. Por
lo general, nosotros compensamos los defectos aprendiendo de nuestro
entorno. Todo el sistema está construido de esa manera, para que en las
tres líneas opuestas afrontemos de alguna manera la vergüenza. Pero, de
hecho, esta es una gran sensación que fue preparada para las almas
elevadas.
Pregunta: ¿Cómo está relacionada la vergüenza con la adhesión que tenemos que alcanzar?
Rav: Vergüenza
y adhesión, temores y ansiedades, lo que quieras, son todos componentes
de las adhesiones. En adhesión cada uno de ellos participa plenamente
en la forma más elevada, más abierta.
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